martes, 24 de febrero de 2009

“El Che de los Gays”

La Feria Internacional del Libro de este año, dedicado a Chile, nos trajo de vuelta a La Habana uno de los personajes más llamativos de la vida social de ese país, tal vez el más provocador y controversial entre los defensores de las llamadas “minorías sexuales” en Latinoamérica: “el Ché de los gays”. Su nombre es Víctor Hugo Robles y el sábado pasado presentó en La Cabaña su libro sobre la historia del movimiento homosexual en Chile, titulado “Bandera hueca”.

El libro trata de rescatar la memoria de un colectivo de la sociedad chilena que no ha sido registrado en su historia política, a pesar de que salieron a la luz pública en el gobierno de Salvador Allende y sufrieron posteriormente la misma represión despiadada y sangrienta, cuando pretendieron visibilizar su voz militante durante el régimen de Pinochet. Incluso después, en los años 90 y del nuevo siglo, han continuado su largo batallar en una sociedad donde la oligarquía conservadora y la religión católica mantienen una fuerte influencia en los patrones de la “moralidad” ciudadana en ese país.

El libro contiene numerosas anécdotas del accionar de este personaje, que para algunos pueden constituir acciones libertinas o anárquicas, incluso excéntricas. Para otros, constituyen un llamado de atención “de impacto”, en ningún sentido cómodo ni complaciente, en contra de las discriminaciones por motivos de orientación sexual e identidad de género.

Precisamente de una de estas acciones es de la que toma nombre el libro: durante el XXV Congreso del Partido Socialista de Chile (en 1996), el autor abordó a la ex Primera Dama de Francia, Danielle Miterrand, y le entregó públicamente una carta para solicitar su apoyo a la lucha contra el artículo 365 del Código Penal -que castigó hasta 1999 con la cárcel la “sodomía consentida entre hombres” y desde esa fecha limitó esta regulación sólo a los actos cometidos con menores de 18 años. En ese momento, frente a la audiencia y para asombro de muchos, desplegó una bandera chilena con un hueco en su centro, que simbolizaba el espacio vacío de las personas lesbianas, trans y homosexuales, que han sido excluidos de la sociedad.

A Víctor Hugo Robles ya el público cubano lo conoció en el año 2005, cuando presentó el documental “El Che de los Gays”, en el Festival de Cine de La Habana de ese año (ver entrevista de La Jiribilla). Él mismo califica su personificación como el Che que busca “reinventar metafóricamente la utopía libertaria de la izquierda latinoamericana, pero encarnada en personajes contemporáneos, desvalidos y estigmatizados, entre ellos, las minorías sexuales; lesbianas, travestis y homosexuales”. Como recalcó en su presentación de La Cabaña: “porque se puede ser gay y revolucionario, ser homosexual y compartir la utopía de la revolución social para lograr un mundo mejor”.

Su mensaje puede no haber sido bien entendido por algunos y no ha faltado quien lo considera irrespetuoso con la memoria del héroe. Sin embargo, las palabras de Mariela Castro durante la presentación del libro fueron esclarecedoras: “algunos machistas homófobos nuestros, que todavía ven al Che como un Dios y no al hombre maravilloso que fue, pueden haberse sentido contrariados; sin embargo, a partir de lo que conozco del Che estoy segura que él hubiera sido capaz de emprender esta causa y, si estuviera vivo y activo como dirigente de nuestra Revolución, hubiera sido una de las primeras personas a las que le hubiera ido a tocar la puerta para pedirle su solidaridad”.
El libro enriquece, no sólo al particularizar en tantos años de lucha contra la homofobia en Chile, sino también porque nos acerca a la opinión sobre el tema de valiosas figuras políticas chilenas, que conocemos muy bien.

Volodia Teitelboim, destacado escritor y ex Secretario General del Partido Comunista chileno dijo: “existe una posición bastante medieval, excluyente y anticuada de estimar que los homosexuales y las lesbianas son categorías peligrosas para la sociedad y la seguridad de sus hijos. Hay que poner el pensamiento al nivel de las investigaciones de la ciencia. Son una parte del género humano que merece absoluto respeto y deben disponer de la posibilidad de realizar la vida como ellos conciben, en la seguridad de que esto no se convertirá en un mal para la sociedad, sino en un bien para la sociedad”.
Por su parte, la inolvidable Gladys Marín, luchadora y líder del Partido Comunista señaló: “a los homosexuales les diría que sigan adelante, que sigan luchando por sus derechos, porque ellos tienen absoluta legitimidad para ocupar un espacio en esta sociedad. Les diría que cuentan con un apoyo que va más allá de la gente que se atreve a decir estas palabras”.
Como adelanto, quiero compartir un pasaje del libro que particularmente emociona a los cubanos, por estar ligado a una de las principales figuras de nuestro arte revolucionario: Silvio Rodríguez –a quien alguien quiso acusarlo recientemente de homófobo.

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“Querido Silvio”

Pensando en el gesto político de escribir cartas públicas y siguiendo los consejos de Eugeni Rodríguez, un amigo del Frente de Liberación Gay de Cataluña, quien me recomendó solicitar respaldo para nuestra causa a personalidades internacionales, inicié un itinerario de entrega de misivas a diversas figuras que visitaron Santiago de Chile.

Una mañana de septiembre de 1995, irrumpí en una conferencia de prensa que ofrecía Silvio Rodríguez en la Fundación Violeta Parra, entregando el documento. Si bien la carta a Silvio había circulado con anterioridad en los medios de comunicación, ninguno de los líderes del movimiento había pensado entregársela personalmente al artista, sino más bien distribuirla en los medios de comunicación y que, a través de ellos, Silvio Rodríguez se diera por enterado.

Sin embargo, y en medio de la expectación de la prensa, me subí al escenario, entregué la carta del MOVILH (MOVImiento de Liberación Homosexual) al cantante, señalando:

- “Silvio, esta es una carta del movimiento homosexual chileno, queremos que
la leas y que nos des una respuesta”


Por su parte, Silvio, cariñoso, respondió:

- “Si están luchando por sus derechos, que yo los comparto y los respeto, tienen todo mi apoyo, por supuesto, siempre que no se pongan en contra
de Cuba”

Felices del respaldo de Silvio, activistas gays acudieron a los conciertos que ofreció el trovador en el Teatro Monumental de Santiago. En medio de esos conciertos, Silvio Rodríguez consumó su respaldo a la causa homosexual chilena, diciendo al público presente:
- “Quiero dedicar esta canción, especialmente a un movimiento que hay aquí, que se llama Triángulo Abierto, Movimiento de Liberación Homosexual. A través de un documento que me hicieron llegar, me enteré de una cosa insólita, que hay una ley que convierte en ilegales las relaciones homosexuales, y eso es una cosa loquísima. Esta canción es para ellos”
Acto seguido, Silvio Rodríguez interpretó una de sus más hermosas canciones: “Te molesta mi amor”.

(El autor aclara que la campaña iniciada por el programa Triángulo Abierto reunió a más de 100 rúbricas de intelectuales y personalidades de la política y la cultura nacional e internacional, destacando entre ellos a Hortensia Bussi de Allende, Gladys Marín, Volodia Teitelboim y el Premio Nóbel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel).

miércoles, 18 de febrero de 2009

La transexualidad, también en la Feria del Libro

Para muchos en Cuba, desde hace varios años, febrero es el mes para la celebración de las letras, las ideas, la lectura. Millones de ejemplares, desde diversas perspectivas y con todo tipo de estilos literarios, son puestos a disposición de un público que abarrota las librerías y los stands de la Feria Internacional del Libro. Es, sin dudas, una gran fiesta del conocimiento, que contagia a todos los que van al castillo de la Cabaña por estos días… incluso aquellos que aprovechan el refuerzo de guaguas y las superabundantes ofertas gastronómicas en el recinto ferial para pasar un fin de semana en uno de los lugares más bellos de La Habana.

Entre las tantísimas ofertas que este año ha presentado la Feria está la presentación del libro “La transexualidad en Cuba”, de un grupo de autores que participan en la Comisión Nacional de Atención a Personas Transexuales, cuyos textos fueron compilados por la Directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), Mariela Castro Espín, quien también tuvo a su cargo uno de los capítulos. Al presentarlo la Dra. Ada Alfonso, Subdirectora de esa institución, indicó que la Editorial CENESEX “se vistió de largo, con uno de sus proyectos más acariciados”, que constituye el primero publicado de la colección “Transgénero”.

Aunque la presentación de este libro no contó con el beneficio de la cobertura de los medios, la sala “José Antonio Portuondo” se repletó en la tarde del domingo 15 de febrero para escuchar a algunos de sus autores. Sin lenguaje rebuscado, fue enriquecedor escuchar las experiencias de estos expertos de la Comisión, que viene trabajando de forma pausada y perentoria –como debe ser en casos de tanto impacto social-, desde hace ya más de 20 años. Particularmente emotivo fue dedicar esta presentación a Vilma Espín Guillois, artífice y estímulo permanente del trabajo de esta Comisión.

Resulta imposible hacer en un rato, mucho menos en este pequeño escrito, un resumen de las políticas para la inserción de las personas transexuales en la sociedad cubana, o la atención a sus aspectos biológicos y hormonales, el tratamiento médico para la reasignación de género –que algunos erróneamente llaman “cambio de sexo”-, la compleja atención a sus problemas personales y familiares o los retos jurídicos que esta situación implica. Para eso hay que leerse el libro.

Pero valió la pena escuchar a la psicóloga Caridad Teresita García cuando destacó que nadie podía hacerse la idea de que, porque se identifique a la transexualidad con el travestismo -en medio de tacones, lentejuela y mucho glamour, diría yo- vayamos a creer que representan historias de alegría y felicidad. Por el contrario, el machismo y la homofobia (en este caso la “transfobia”, en relación a los transgéneros) provocan en la vida de estos seres y sus familiares mucha tristeza y angustia, que justifica todo el esfuerzo posible para revertirlo.

Como señalara la Dra. Ana Mayra Rodríguez, que lleva trabajando en la Comisión desde su inicio, no se trata de personas que de la noche a la mañana deciden ser transexuales y solicitan su reasignación sexual. Son personas que desde que nacen han tenido que enfrentar un conflicto entre su sexo biológico y su sexo psicológico, lo que les crea una verdadera tragedia personal. Por eso, cada caso lleva un proceso de estudios multidisciplinarios y el grupo deberá tomar una decisión dos años después. Informó que en estas dos décadas de trabajo han pasado por la Comisión alrededor de 100 casos y sólo una quinta parte de ellos –unos veinte- se han confirmado como transexuales, mayoritariamente de hombre a mujer. Pero se aspira a que esta labor se conozca mejor entre la población y muchos más casos rompan el silencio y se presenten ante el grupo en el futuro.

El Dr. Alberto Roque se refirió a la mayoritaria presencia de médicos en la Comisión, lo cual no puede entenderse como que los transexuales sean considerados “enfermos” sino que, por su naturaleza, necesitan de la medicina para encaminar sus necesidades. Fue esclarecedora su reflexión, elaborando una respuesta ante una pregunta del público, sobre la sensibilidad que se necesita para tratar la realidad de estas personas, lo cual requiere de estudio y comprensión, sobre todo porque los actuales métodos de educación –tanto general como médica- no nos preparan para enfrentar estas experiencias con la naturalidad debida.

Mariela Castro, por su parte, profundizó en las discriminaciones que resultan de identificar al “diferente” como “inferior”, como parte de ese mal hábito de tomar un rasgo de la personalidad –que generalmente no se corresponde con lo “aceptado”- para “clasificar” al ser humano, casi siempre de forma excluyente. Fue certera en su análisis al recalcar que tanto daño hacen los que “clasifican” como los que adoptan por sí mismos la actitud del “diferente”, una autoexclusión que acentúa aún más la segregación social. Es por ello que el CENESEX aboga por el diálogo y la comprensión –acotó- más allá de las diferencias por identidad de género o por orientación sexual.

Bienvenida entonces la Feria del Libro, también por insistir en la educación de los valores humanos que debemos difundir: el respeto a las diferencias sexuales y el rechazo a las discriminaciones por este motivo.

martes, 10 de febrero de 2009

Lo "diferente" a debate

Desde mayo pasado, cuando se realizó en Cuba la Jornada contra la Homofobia, los terceros jueves de cada mes hay un motivo en La Habana para reflexionar sobre la diversidad sexual y sus más variadas formas de expresión, desde diferentes perspectivas. Ese es el momento escogido por el ICAIC y el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) para realizar el cine-club Diferente, desde las 8 y media de la noche en el cine 23 y 12.

De la mano de su organizador, el poeta y crítico de cine Frank Padrón, hemos visto desfilar por esta céntrica sala de la capital a interesantes personajes del celuloide. Entre otros, a la flamboyánica Lola de Kinky Boots (2005), una empoderada travesti que revolucionó una fábrica de zapatos de un pueblito lejano en Gran Bretaña, enfrentando inevitables conflictos sociales y confusiones personales; la rebelde Alex del filme argentino XXY (2007), una adolescente intersexual que se debate entre la “indefinición” de su sexo y los encasillamientos a que le obliga la sociedad; o la historia del reconocido médico noruego Esben-Esther Benestad-Pirelli, que analiza con su familia -ante las cámaras de su hijo, el director del documental Todo sobre mi padre (2002)- las interioridades de su identidad transgénero.

Aunque al final se quedan pocos para el debate -del numeroso público que asiste a la proyección del documental y del filme programado- el arte cinematográfico cobra una nueva y más rica dimensión en la segunda parte de la noche. Lo mismo si hablan expertos del CENESEX, intelectuales reconocidos, cineastas, periodistas y activistas sociales o público en general: cada quien tiene una perspectiva siempre interesante que aportar. Y la libertad del debate enriquece el ambiente.

Personalmente creo que no hay mejor momento de la creación artística que cuando ayuda a intervenir en el proceso colectivo de comprensión social, enfocado hacia una problemática específica. Y en cada una de los debates que ha tenido el cine-club Diferente hemos salido con la sensación de haber profundizado en el conocimiento de los complejos asuntos de la sexualidad humana, a tal punto que cabe la siguiente pregunta: “en realidad ¿quiénes son los «diferentes»?“. Todo depende desde donde se mire.

Este jueves 12 de febrero -extraordinariamente en la segunda semana del mes, por razones de programación del cine- la propuesta es muy sui géneris. El debate se hará tras la proyección del filme Solos contra el mundo (o La Burbuja, 2006), del director israelí Eytan Fox, que trata el amor entre dos hombres que viven en una misma ciudad con un abismo cultural entre ambos: uno es árabe y el otro israelí. Sin dudas una provocación a los preceptos de la diversidad, en más de una dimensión.

Como adelanto, te presento un trabajo realizado por Frank Padrón sobre el filme y te sugiero que, si te encuentras en La Habana este jueves, no pierdas la oportunidad de poner a prueba tus potencialidades de debatir y analizar “lo diferente”, desde tu propia perspectiva.

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Una historia de amor bajo el conflicto árabe-israelí
Por: Frank Padrón

Solos contra el mundo es el título que han dado en español a una cinta procedente de Israel y originalmente nombrada Ha-Buah (La Burbuja) refiriéndose a la calle Sheinkin de Tel Aviv, zona donde existe un mayor nivel de respeto hacia la comunidad gay, , mas también ese título detenta una connotación metafórica, aludiendo al ingenuo idealismo de sus activistas políticos, quienes piensan que organizando raves (fiestas) van a acabar con la violencia mediante el peculiar mundo que se han inventado tres amigos israelitas quienes comparten un apartamento, preparan comidas, visitan bares y hacen el amor, todo para simplemente vivir y tratar de que la política no interfiera.

Dos de esos jóvenes son gays, y uno de ellos conoce un día a un palestino que vive ilegalmente en la capital israelí, punto de partida de una sólida relación que, cual Romeo y Julieta en el seno de estos conflictos, ignora la irracional pugna de los suyos para entregarse a un amor que saben superior a cualquier tipo de (artificial, por demás) diferencia étnica; la chica con quien comparten el techo es hetero, simpatiza extraordinariamente con ellos, y como es lógico tiene también su vida amorosa con los habituales devaneos de todas, al margen de su orientación.

La frecuente hostilidad entre palestinos y hebreos acaba por imponerse, y no sólo la pareja gay sino todos sufrirán sus consecuencias, de modo que la burbuja de armonía y amor que han levantado los personajes, termina por reventar del peor modo.

La obra ha sido dirigida por un joven cineasta que hace algún tiempo viene sonando en festivales internacionales (sobre todo en Toronto) y entre críticos y espectadores de muchas partes del mundo: Eytan Fox, de quien ya viéramos en Cuba su anterior cinta Caminando sobre el agua (2004), que focalizaba el lance erótico de un agente del servicio de seguridad de Israel con el nieto de un sobreviviente nazi y fuera exhibida con éxito en más de 30 países. Pero es también el autor de Yossi and Jagger (la relación entre dos soldados del ejército en su país) y de una serie para la TV, Florentenre, trasmitida desde 1997 al 2000 y que se acercaba también a la juventud capitalina.

Los críticos israelíes le han dicho a Eytan Fox que debería “lavar la ropa sucia en casa”, pero él no les hace caso, y si bien fustiga también la intolerancia y fundamentalismo de los árabes (como muestra su nuevo filme) ataca los prejuicios y la prepotencia de los judíos, y sobre todo, más allá de las partes, condena lo absurdo de esa y de todas las guerras. Considera, sin embargo, que su cine ha ayudado modestamente ha mejorar la situación respecto a los homosexuales, y a suavizar un tanto la profunda homofobia que sobrevive no sólo en estos países, sino en todo el mundo oriental.

Solos contra el mundo responde mucho más que anteriores títulos suyos a la estética del queer cinema, y si vamos a ser absolutamente justos, no precisamente en sus virtudes. Fox se muestra un realizador desaliñado y algo torpe en la escritura fílmica; la fotografía, digamos, es bastante plana, sin explorar los matices cromáticos y lumínicos de exteriores y espacios cerrados; los encuadres tampoco resultan muy inteligentes, y a veces el presunto ingenio de los mismos se reduce a buscar una innecesaria simetría de los encuentros eróticos entre la pareja gay y la hetero.

En otro orden, como afirma el colega Marco González Ambriz (1), “cuando Fox se quiere poner poético las cosas le salen peor, como lo evidencian las secuencias donde Noam y Ashraf cuentan sus recuerdos infantiles, filmados como si se tratara de películas caseras en super 8”

Por otra parte, la cinta es desigual en su flujo narrativo, con frecuencia se empantana en detalles ev(d)itables, sobre todo a mitad de metraje. Las actuaciones, sin embargo, son notables: Ohad Knoller (Noam), Yousef Sweid (Ashraf), Daniela Virtzer (Lulu), Alon Friedman (Yali) y el resto de elenco, incorporan con indudable convicción sus roles, mientras los diálogos respiran esa contagiosa alegría de jóvenes que con esas ansias de vivir y amar tan sólo condenan lo inútil y bárbaro de las beligerancias étnicas que desde hace tanto asolan la región, y que por estos días, lamentablemente, han vuelto a protagonizar los medios del mundo entero a raíz de los tristes sucesos de Gaza.

Con todo y su factura imperfecta, Ha-Buah o Solos contra el mundo es una oportuna y eficaz denuncia contra conflictos armados que atentan contra todo lo sano y hermoso del mundo: la vida, el amor, la amistad. Como sueña el joven árabe, quizá en algún lugar adonde no lleguen las granadas y los atentados, la hermosa relación entre él, joven palestino y su amante israelí, o las sanas risas de los amigos que preparaban platos típicos exquisitos y visitaban agradables bares, un día puedan hacerse realidad.

(1) En: “Arte y Ensayo”. www.profílmico.com

martes, 3 de febrero de 2009

Mariela, por la calle del medio


El último número de "La Calle del Medio" (No. 9, enero 2009), "publicación mensual de opinión y debate" -como reza su presentación- que aún puede encontrarse en estanquillos, nos premia con una excelente entrevista del periodista Ernesto Juan Castellanos a Mariela Castro Espín, Directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX). Ernesto Juan logra hurgar en temas atractivos y polémicos, que hacen a Mariela profundizar en detalles que bien vale la pena leer: la educación sexual, la homofobia, las propuestas legales para transexuales y parejas del mismo sexo, la reacción de la iglesia, el papel de las instituciones, de la sociedad y de los propios miembros de estas llamadas “minorías”.

Me pareció muy justa, para la historia de la Revolución, la referencia de la Directora del CENESEX sobre el inmenso trabajo realizado por su madre, Vilma Espín Guillois, en los años 70 y 80 a favor de los derechos de homosexuales y personas transgéneros, desde su responsabilidad al frente de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Gran mérito ha tenido Mariela en el trabajo que ha realizado desde los inicios de este siglo por recuperar todo ese esfuerzo, que empezó en el entonces Grupo Nacional de Trabajo de Educación Sexual de la FMC, con el desaparecido Dr. Lajonchere. En otras palabras: esta historia no es nueva, sino que es continuidad y sólo ahora se está en mejores condiciones de enfrentarlo.

Pero una idea fundamental, que se mantiene desde entonces, es la importancia de aportar a nuestra sociedad y al socialismo la necesaria educación sexual para derribar prejuicios ancestrales, que hemos heredado en nuestra cultura a través de los siglos. Para ello es necesario visualizar el tema en todos los ámbitos de la sociedad: discutir y analizar ampliamente los puntos de vista, para aclarar dudas y derribar tabúes, como una responsabilidad compartida entre la escuela, la familia, la salud, la cultura, los medios de comunicación, las leyes y la sociedad en su conjunto, que incluye las políticas sociales y la política en general.

Al decir de la sexóloga: “Es el silencio quien lacera, porque te deja en la ignorancia, en la confusión, en el más angustioso azoramiento.” Por lo tanto, bienvenida la entrevista de Mariela, que para sacar a flote estos temas no hay otra manera que ir por la calle del medio, sin temores.

Para los que no han podido comprar el tabloide –o no han querido- aquí les va el texto completo de la entrevista.

Mariela Castro
Desarticular los prejuicios
Por Ernesto Juan Castellanos
La Calle del Medio, publicación mensual de opinión y debate, No. 9 de enero del 2009


La directora del Centro Nacional de Educación Sexual dialoga con La Calle del Medio sobre la labor social del CENESEX y su empeño por validar los derechos de homosexuales y transexuales en Cuba
El 17 de mayo de 2008 se celebró por primera vez en La Habana el Día Internacional de la Lucha contra la Homofobia. Más que una celebración por la validación de los derechos de homosexuales, transexuales y transgéneros cubanos, fue una fructífera jornada de debates y reflexiones, que pusieron sobre el tapete las inquietudes y necesidades de uno de los grupos poblacionales más excluidos de nuestra sociedad. Mariela Castro Espín, la directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), accedió a dialogar con La Calle del Medio sobre los objetivos de la institución que dirige, así como de varios de sus proyectos más inmediatos.

– ¿Qué es el CENESEX?


–Es el Centro Nacional de Educación Sexual, que oficialmente se crea en 1977 como Grupo Nacional de Trabajo de Educación Sexual de la FMC, y que en 1989 cambia a este nombre actual, ya como una entidad del MINSAP. Nuestra misión es la de coordinar, desarrollar y gestar el programa nacional de educación sexual. Desde su fundación esta institución desarrolla una estrategia multidisciplinaria e intersectorial, sustentada en el criterio de que la sexualidad, por su complejidad, debe ser abordada por diferentes disciplinas científicas, y que la educación sexual no es una responsabilidad exclusiva de la familia y la escuela sino de toda la sociedad. En consecuencia, se acordó que los Ministerios de Educación y de Salud, junto con la FMC y la UJC, deben asumir los compromisos de mayor envergadura.

Este grupo de trabajo es creado por la FMC para dar respuesta a un reclamo de las mujeres cubanas en su II Congreso, en noviembre de 1974, donde pedían un plan educativo para orientar la sexualidad de sus hijas e hijos y así no revivir las mismas vicisitudes por las que ya ellas habían pasado. A partir de ahí, la FMC desplegó todo un plan de acciones educativas, que fueron los antecedentes del Programa Nacional de Educación Sexual.

– En meses recientes ustedes presentaron un grupo de propuestas para modificar el actual Código de la Familia. ¿De qué cambios estamos hablando?

Desde hace más de quince años, la FMC está liderando la introducción de nuevas modificaciones al Código de Familia, que la práctica ha demostrado son necesarias para darle solución a diferentes contradicciones, conflictos y dificultades que se viven dentro del marco de la familia cubana, y que podrían ayudar a mejorar las relaciones entre los géneros (hombre-mujer), entre generaciones, entre razas, con las personas discapacitadas, con los ancianos, el respeto a los derechos de las niñas y los niños y su implementación en la familia, cuestiones relacionadas con la patria potestad, la adopción, la violencia de género, el abuso sexual infantil y otras formas de maltrato. También estamos introduciendo un acápite relacionado con el derecho a la libre orientación sexual e identidad de género que tiene cada persona. Estamos en esa fase de revisión y diálogo con el Partido, para trabajar juntos las resistencias que puedan surgir a estas propuestas. Cuando se decida que es oportuno, entonces se presentará como Anteproyecto de Ley a la Asamblea Nacional del Poder Popular, siguiendo los pasos que se han establecido para ello. También hemos presentado una estrategia educativa a través de los medios de comunicación, para informar a la población sobre las ventajas que tiene para la familia cubana los elementos que se introducirían en esta Ley civil, que parte de los desarrollos actuales de las ciencias y de las experiencias que se han adquirido en la práctica social.

– ¿Ese fue entonces uno de los objetivos por los que el CENESEX organizó el pasado 17 de mayo la celebración del Día Internacional contra la Homofobia?

– Sí. Esa celebración forma parte de esas acciones educativas y divulgativas, junto a otros espacios permanentes que se han creado como parte de esta iniciativa. Las cosas nuevas generan resistencias, preocupaciones y malas interpretaciones, especialmente este tema, sobre el que hay un gran desconocimiento. Uno de nuestros objetivos es informar, ofrecer elementos de análisis acerca de estas realidades, todo lo que pueda ayudar a la familia y a la sociedad cubanas a reflexionar sobre estos asuntos tan importantes, de los que casi nunca se habla por prejuicios. El CENESEX tiene este encargo social: educar la sexualidad, dialogar sobre estos temas. Por ello hemos ido a los medios de comunicación, por el impacto masivo que tienen. Y me gusta mucho que se está abordando la información con mucho cuidado y sentido profesional. Eso es lo más importante, que todos asumamos el compromiso de educar. Es una responsabilidad compartida entre la familia, la escuela, la salud, la cultura, los medios de comunicación, las leyes, nuestras políticas sociales, y la política en general. Y estoy viendo que con esta celebración no sólo se han acercado más personas a reflexionar, a buscar orientaciones o referentes, sino también a brindar su colaboración, que es lo que más me gusta. Esa es una manera participativa de trabajar. Es muy lindo cuando las distintas iniciativas empiezan a crecer con la participación popular. Hemos contado con el apoyo y colaboración del ICAIC, del Centro Nacional de Prevención de las ITS-VIH-SIDA, de la UJC, de la UNEAC, de la FMC, el Ministerio de Cultura y la FEU. Todos lo están asumiendo con un sentido de responsabilidad tan bonito que me da mucha satisfacción.

Pero me he dado cuenta de que no sólo las personas homófobas tienen prejuicios y confusiones. También las tienen las personas homosexuales y transexuales. Y de lo que se trata es que nadie se sienta con el derecho de humillar ni de tratar con inferioridad a otra persona. No hay ningún motivo para hacerte creer que eres superior o inferior a otro, ni por raza, género, edad, nacionalidad, etnia o afiliación religiosa. Yo pienso que tenemos que aprender a convivir, a elaborar proyectos de interés común que aborden la diversidad de realidades que hay en nuestra población.

– Me acabas de mencionar los medios masivos. Últimamente ha estado presente en ellos con más frecuencia el tema de la homosexualidad. Se ha abordado en seriales televisivos, en la prensa escrita, en spots publicitarios. ¿No temen que tanta publicidad luego de un silencio tan absoluto genere confusiones en niños, jóvenes y adolescentes heterosexuales?

– Una buena acción educativa no confunde. Todo lo contrario; llega a tener hasta efectos terapéuticos. Pero hay que saberla llevar a cabo con profundidad, con estudio, con asesoría especializada. Y esto no compete solamente a los temas de la sexualidad sino también a los temas de la mujer, de la raza, de la economía. No se debe improvisar. Nosotros estamos buscando que se aborde adecuadamente, que no se sature, que se atienda con mesura y cuidado. La novela televisiva La cara oculta de la luna fue el resultado de todo un trabajo que ha llevado a cabo el Grupo Nacional Operativo de la Lucha contra el SIDA, que planteaba que se debían abordar estos problemas. Estamos ayudando a ilustrar, y cuando educas no haces daño. Es el silencio quien lacera, porque te deja en la ignorancia, en la confusión, en el más angustioso azoramiento. Ahora, si tú analizas estos problemas, la gente se va a sentir incluso más tranquila, porque va a comprender de qué se trata, y siempre va a recibir una orientación, un referente de paz y solidaridad con el prójimo que le quitará un gran peso de su conciencia. Cuando se aprueben las leyes que estamos proponiendo, se van a legitimar en la sociedad cubana cuestiones éticas que son fundamentales para la convivencia. Y además, ayudaremos a desterrar la homofobia de nuestra cultura, que es algo muy doloroso porque incentiva el odio y la exclusión social.

– Veo que el CENESEX ha avanzado mucho en el logro de sus objetivos sociales. ¿Cuán difícil les ha sido, o les está siendo, en un país en el que durante siglos han predominado tendencias machistas, cambiar la mentalidad de los que han tenido una visión impugnativa hacia los homosexuales, a los que incluso en el pasado se les llegó a cuestionar su valía revolucionaria?

– Es muy triste que en un proceso tan liberador como el de la Revolución Cubana haya existido tanta rudeza y prejuicios hacia las personas homosexuales y transgéneros. Es una pena que haya sucedido así. Pero la Revolución sigue adelante y sigue aprendiendo. Lo importante es que ha tenido la honestidad de reconocer que no fueron buenas prácticas. El heterosexismo y otros prejuicios dominantes en nuestra cultura, avalados por los límites del conocimiento científico en aquella época, constituyeron un fuerte obstáculo para que el ímpetu redentor de la Revolución beneficiara a estas personas. Lo más importante es que ahora estamos trabajando para modificar toda esa mentalidad, para que nunca más vuelva a ocurrir. Ahora, te confieso que ha sido muy difícil lograrlo.

En 1990 cuando comencé a trabajar en el CENESEX hice varias entrevistas a parejas homosexuales y al Doctor Celestino Álvarez Lajonchere para escribir un artículo sobre esta problemática social que se mostraba tan contradictoria, pero quedé muy impactada con los testimonios y me di cuenta de que debía estudiar e investigar mucho, antes de escribir. En el año 2000 asumí la dirección del CENESEX y me di a la tarea de revisar todo lo que se había hecho anteriormente por esta institución. Así encontré algunos documentos que mi mamá le había encargado al Doctor Lajonchere para presentar al Partido entre los años 70 y 80 para analizar la homosexualidad como realidad social y tratar de implementar una política al respecto. Ella luchó muy fuerte para que se eliminara, de nuestro código penal, a la persona homosexual como figura delictiva, que fue en Cuba un remanente del código penal español. Incluso, cuando ella habló del Código de Familia, propuso que el matrimonio fuera la unión entre dos personas, y no necesariamente entre un hombre y una mujer. Mucha gente desconoce todos los esfuerzos que se hicieron en ese período de la historia de la Revolución.
Entonces, desde la dirección del CENESEX, busqué nuevos elementos para avanzar, retomé el trabajo que había iniciado mi mamá anteriormente, y convoqué a otros profesionales con diferentes orientaciones sexuales para estudiar el tema y realizar investigaciones que permitan demostrar científicamente la necesidad de impulsar estas iniciativas. En 2003 organizamos en Cuba el XVI Congreso Mundial de Sexología, que nos potenció y dio credibilidad, prestigio y respeto a nivel nacional e internacional, por todo lo que significa dotar al socialismo, como práctica histórica, y en especial a la Revolución Cubana, de un recurso ideológico tan valioso como la educación sexual, para derribar prejuicios y atavismos culturales.

En 2004, luego de actos de arbitrariedad por parte de la PNR en la capital contra personas transexuales y travestis, varios compañeros trabajamos en la elaboración de un informe alertando al Partido de lo que estaba pasando. El logro más importante de nuestro trabajo en los últimos tiempos es vínculo creciente con el Partido Comunista de Cuba, que ha facilitado una relación más estrecha con otras instituciones en el desarrollo de la estrategia nacional de educación sexual que coordina el CENESEX.

– ¿Qué han logrado hasta el momento con relación a la homosexualidad y qué más esperan lograr?

– Primero que todo hemos logrado que nuestras propuestas estén ahora en un proceso de diálogo en el campo legislativo. Hemos avanzado en el fortalecimiento de la presencia del tema en los medios de comunicación social, como parte de una estrategia educativa a largo plazo. A partir del 17 de mayo pasado fortalecimos nuestros viejos vínculos con la UJC y las organizaciones estudiantiles. Siempre hemos sostenido relaciones de trabajo muy estrechas con la FMC, como también con otras instituciones del MINSAP. Con el MINED se logró el programa nacional de educación sexual en las escuelas desde la década del 90, aunque no estamos del todo satisfechos. Y en cuanto a planes, en las modificaciones al Código de Familia estamos proponiendo que, las parejas homosexuales tengan los mismos derechos patrimoniales y personales que las parejas heterosexuales en las uniones consensuales, aunque no se contempla el derecho a la adopción, ni al matrimonio.

– ¿Por qué no se contemplan estos derechos?

– Mira, si en realidad vamos a hablar de igualdad plena, entonces los hombres y mujeres homosexuales deberían tener exactamente los mismos derechos de las parejas heterosexuales, sin embargo, en esta propuesta no se incluye el derecho a la adopción porque es un asunto que todavía algunas personas no comprenden. Pero al no incluirlos en todos los derechos, seguimos perpetuando la homofobia, es decir, la discriminación, porque desde la omnipotencia heterosexista los estamos considerando incapaces para la maternidad y paternidad, cuando la realidad y la ciencia demuestran que la orientación sexual no influye en la capacidad de aprender a ser una buena madre o un buen padre, como tampoco interviene sobre otras cualidades humanas.

Con respecto al matrimonio me satisface que seamos capaces de respetar la tradición, pero también que elaboremos conceptos que permitan reconocer el compromiso amoroso que desean contraer las personas homosexuales.

No obstante, con esta propuesta que hacemos al Código de Familia sólo estamos tratando de legitimar la responsabilidad individual e institucional de aprender a respetarnos. No pretendemos que nuestra sociedad evolucione precipitadamente, ni tampoco que cambien todas las tradiciones, porque hay aprendizajes históricos muy valiosos que se deben preservar.

– ¿Qué es el Día Internacional de la Lucha contra la Homofobia?

– Esta celebración tiene su antecedente en 1974, cuando la Asociación Americana de Psiquiatría, por consenso de expertos, determinó eliminar de su manual de clasificación de enfermedades mentales a la homosexualidad, porque se demostró en la práctica médica que no se trataba de una enfermedad, y de mucho menos un trastorno mental, sino de una variante legítima de la sexualidad, inherente a la existencia del ser humano, y permanecerá siempre que perdure nuestra especie. Esto fue un paso muy importante desde el punto de vista científico y humanitario, porque el hecho de que ellos mismos cambiaran lo que habían establecido, que la homosexualidad era una enfermedad, que era por tanto curable, y había que buscar terapias para transformar a los homosexuales en heterosexuales, en “sanos”, fue como abrir otra puerta, de las tantas que se deben abrir, para salir del oscurantismo. Y en el mundo entero, incluida Cuba, se pusieron de moda terapias médicas para que los afeminados se convirtieran en masculinos y para que a las lesbianas les llegaran a gustar los hombres. A los niños les recomendaban practicar artes marciales y ensayar expresiones rudas y hasta violentas, porque se tenía la falsa creencia de que eran deportes y cualidades exclusivamente masculinas. Todo esto hizo mucho daño. Luego de aquella decisión de la Asociación Americana de Psiquiatría, se fue extendiendo a otras sociedades científicas en el mundo.

Pero fue sólo el 17 de mayo de 1990 que la Organización Mundial de la Salud también lo estableciera de esa manera y finalmente sacara a la homosexualidad de su manual de enfermedades mentales, con lo que puso fin a casi un siglo de homofobia médica. Esto fue un paso muy importante pero no trascendió inmediatamente. En 2005, Louis-Georges Tin, un activista francés, propuso que con el fin de que esta inicitiva tuviese efecto, cada país debería incorporar este día de mayo entre sus fechas oficiales de celebración y se instituyera como Día Internacional contra la Homofobia. El CENESEX aún no ha propuesto que se instaure como un día de celebración oficial, aunque desde el año pasado comenzamos a celebrarlo junto con otras instituciones con una sesión de cine-debate en el cine 23 y 12. Y nos dimos cuenta de que era necesario que lo siguiéramos haciendo. Desde entonces comenzamos a organizar las ideas para esta jornada, que se realizó alrededor del 17 de mayo, con el apoyo del PCC, la UJC, el MINCULT, la FMC, la UNEAC y muchas manos solidarias que nos están ayudando. Nuestro objetivo es llamar la atención, visualizar esa realidad para ayudar a la educación del pueblo con relación a la sexualidad, como parte del Programa Nacional de Educación Sexual, iniciado en la década del 70. Considero que lo estamos logrando, como es de suponer, con mucha comprensión pero también con el rechazo de muchas personas.

– ¿Cuál ha sido la reacción de las Iglesias a todas estas propuestas?

– Algunas Iglesias sostienen estrechas relaciones de trabajo con el CENESEX desde hace varios años, pero otras se han dirigido al Partido y a la Asamblea Nacional para dejar constancia de su desaprobación al matrimonio entre personas homosexuales, la adopción de niños y niñas por parte de ellos(as) y las operaciones de reasignación sexual que las ciencias médicas estipulan como parte del tratamiento que reciben las personas transexuales que lo requieran y deseen. Yo comprendo la posición de las Iglesias y la manera en que interpretan la sexualidad desde su concepción del mundo. Ellos actúan consecuentemente con sus principios y compromisos. No veo contradicciones esenciales. Pienso que deberíamos dialogar. Aunque pensemos de maneras diferentes en algunos aspectos, tenemos la responsabilidad común de educar el amor y el respeto entre los seres humanos.

– ¿Y qué opina la sociedad cubana en general?

– La sociedad cubana tiene conciencia de la necesidad de educación de la sexualidad y está deseosa de participar responsablemente en estos procesos. Los actuales niveles de instrucción y educación nos permiten desarticular con mayor efectividad los prejuicios que nos distancian y lastiman, que sostienen la ignorancia y la infelicidad. Las acciones educativas, apoyadas en expresiones artísticas, académicas y de comunicación social, se mantendrán durante todo el año, con el propósito de promover los valores y argumentos que nos permitan comprender la sexualidad en su riqueza de expresiones diversas y, sin duda, enriquecer la calidad, la calidez y la ética de las relaciones humanas.