lunes, 24 de diciembre de 2012

Libertad y reguetón


En el mundo se ha popularizado un sentido de “libertad” que es una quimera. Muchas personas sueñan con una “libertad” que se traduzca en la capacidad de hacer y decir todo lo que se quiera, sin limitaciones de ningún tipo… y eso no existe. Porque, para limitar esa ilusión, el ser humano está rodeado de numerosos poderes que te imponen lo que puedes y no puedes hacer, lo que puedes y no puedes decir.

Para eso existen los Estados, con sus leyes y regulaciones, que conforman lo que deben ser el buen comportamiento y la civilidad. Para eso existen las religiones que, con sus dogmas, le dan cuerpo al concepto de la decencia y las buenas costumbres. Para eso existe la familia y las tradiciones que, con sus repetidos hábitos y prejuicios, limitan las más desenfadadas expresiones de los deseos y las ambiciones. Para eso existen las administraciones que, con sus estrictos reglamentos, especifican claramente hasta dónde puede llegar la creatividad de sus empleados. Y tantos otros poderes que, día a día, atan de pies y manos a las personas en su utopía sobre la “libertad”.

El caso es que no se puede hacer y decir lo que nos venga en ganas, al menos de forma pública. Y dudo mucho que en realidad queramos algo así –una sociedad donde cada quien haga lo que quiera, sin límites–, porque todas y todos saldríamos perjudicados. Sobre todo porque con ello, inevitablemente, se afectaría la libertad de los demás.

Es lo que sucede cuando, por ejemplo, alguna persona se levanta con la creencia del “deber ciudadano” de ponerle música a todo el vecindario, sin importarle que otro vecino esté durmiendo después de una guardia, que haya una anciana convaleciente en cama o, simplemente, que sus gustos no tienen nada que ver con el del resto de los mortales que viven a su alrededor. Saca sus bocinas a la acera, enciende su equipo, aumenta el volumen y… ¡que tiemble La Habana!

Igual sucede con la letra de muchos reguetones cubanos (y, a propósito, otros ritmos que no son reguetones), popularizados hasta la saciedad que, lejos de ganarse el calificativo de “música”, no pasan de ser “ritmos de entretenimiento masivo” con un objetivo único: mover el esqueleto.

Lo peor es que, siendo tan populares entre niños y jóvenes –que son quienes más mueven el esqueleto–, muchos de estos ritmos promueven violencia, machismo, misoginia, homofobia, racismo… y otros ejemplos que no deben ser patrones a imitar. La “libertad” no puede ser entendida de esa manera.

Quienes me conocen saben que estoy muy lejos de ser una persona conservadora. Y mucho menos se trata de ser pesados y convertirnos en eruditos a la hora de componer, pues la cultura cubana –y sobre todo la música– está llena de buenos ejemplos de composiciones deliciosas, sensuales y muchas veces atrevidas, que constituyen verdaderas joyas en el arte del doble sentido y la picaresca –incluyendo algunos reguetoneros, que lo han hecho con buen tino.

Eso no tiene nada que ver con estribillos como: “¡báfata, eso es un palo por la cara!”, “toma chupi-chupi, chúpamelo tuti, abre la bocuti, trágatelo tuti”, “mi jevita es una fiera, mi jevita es como un gato, como quiera que la tires, ella siempre cae en cuatro / ella camina singá, singá-solina”, “mi jevita es un carrito loco-loco-loco / se tira de los postes y de la mata de coco”, “tu tienes mala fama / de ser una vampira / de ser una siquiátrica / de ser mama-lona”… y muchos otros que, lejos de ser simpáticos, constituyen burdas expresiones del trato más degradante hacia otras personas. Y la gente los baila, por ser un ritmo de entretenimiento masivo contagioso, a veces sin entender lo que están diciendo.

Pero como hablo del reguetón, también pudiera hablar de ciertos personajes que se dicen “cómicos” y andan promoviendo espectáculos “humorísticos” de la misma estirpe, utilizando siempre como base de sus pujos a negros, mujeres, pinareños, homosexuales (de todos los bandos)… y la gente se ríe porque, como dice un amigo, las personas tienen mucha necesidad de reírse.

Está demostrado que se puede hacer buen arte tomando como base la sensualidad, el doble sentido; pero siempre sin ceder a la chabacanería y la vulgaridad que, en realidad, son expresión de la escasa creatividad de sus autores.

Por eso, doy mi voto porque a los promotores de “ritmos de entretenimiento masivo”, como a los “entretenedores” de mal gusto y cualquier otra expresión pública, no se les permita que promuevan en sus presentaciones la violencia y la discriminación. Estos no son valores, son humillaciones muy alejadas de la más elemental sociabilidad humana.

24 de diciembre de 2012

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Almendrones


Los almendrones han proliferado en La Habana como gremlins después de un buen aguacero.

Tras los cambios económicos en Cuba de 2011, y la crisis en que ha recaído el transporte en la capital en los últimos años, los tranques en L y 23 en horarios picos forman filas de almendrones que llegan hasta la Universidad – gracias también a las guaguas de turismo, que se atraviesan frente al Habana Libre y forman un verdadero caos en el mismo centro de La Habana.

Pero aunque han llegado más de los mismos viejos carros americanos de los años 50, unos en mejor estado y otrosque dan grima, algo novedoso ha caracterizado a esta oleada de almendrones: ¡parece que han hecho un "casting" para escoger a los choferes de taxis particulares!

Antes, los viejos choferes de carros de la "Anchar" parecían tan viejos como los mismos carros. Ahora, una gran parte de estos fotingos están conducidos por jóvenes, bien alimentados y curtidos por el sol, con una belleza natural – sin los artificios de gimnasios, puestos de moda últimamente –, que bien podrían ser escogidos para revistas fashion y chismes del corazón.

Muchos de ellos, evidentemente, son guajiritos acabados de aterrizar en la jungla del asfalto, a veces hasta tímidos, a quienes en ocasiones hay que indicarles la ruta, porque tal parece que no se han quitado aún los ariques y se sienten aturdidos entre el tráfico y el tumulto de gente en la capital.

Estoy seguro que los artífices de los cambios económicos en Cuba nunca se imaginaron que tales medidas iban a tener como resultado esta explosión de belleza masculina cubana, en todo su esplendor. A tal punto que, en muchas personas, nos ha creado la expectativa de cuál será la nueva maravilla del próximo taxi a parar.

Pero nada de críticas. Sean bienvenidas las nuevas medidas, sobre todo porque han traído sorpresas juveniles tan agradables para el ornato público, en una ciudad y en unos carros que poco han cambiado desde los años 50.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Ya no soy “gay”

Vuelvo a actualizar mi blog después de un largo período de silencio…que no significó ausencia de pensamiento. Todo lo contrario, ha sidoun período de mucha reflexión y cuestionamiento, que me ayudó a revisar algunas cosas y a consolidar otras.

Esto lo escribí hace ya algunos meses… y no hay que sorprenderse con el título. Está en consonancia con lo que decía en febrero de 2010, con la famosa "sopa de letras" ILGBTTTIAQ…

Me cansé de las categorías que defiende la teoría de la "diversidad sexual". Admito su importancia en la enseñanza del comportamiento humano, para entender mejor la vida sexual de las personas, y el papel que ha tenido en la lucha por los derechos de las mal llamadas "minorías sexuales".

Pero la vida es más que una escuela y las categorías no podrán cubrir toda la complejidad humana. Y como las categorías son convencionalismos humanos, me resisto a seguir identificándome como "gay".

Me sorprende cómo la gente se toma tan en serio eso de las categorías, con todos sus estereotipos y discriminaciones (¿o "parametraciones", a la inversa?). He tenido que escuchar en muchas ocasiones, durante mucho tiempo, eso de: "pero tu no pareces gay"; o,al menos, "tu no eres un gay típico" – siemprecomparándome con lo que debería ser.

Pregunto: ¿Por qué no parezco "gay"? Y me responden:

• "Porque tu eres 'hombre'" (como si los gays no fueran hombres).
• "Porque tu no te vistes como los gays" (como si eso fuera una moda).
• "Porque nunca vas a fiestas gays" (como si hubiera que pasar lista en ellas para ser categorizado).
• "Porque no tienes plumas" (como si fuéramospájaros… a pesar del mote).
• "Porque tu no tienes el 'swing' de los gays" (como si fuera fashion).
• "Porque no eres promiscuo" (como si fuera una condición).
• "Porque no eres seropositivo" (en verdad, cada vez es más difícil encontrar alguno que se mantenga seronegativo)

Más toda la creatividad de lo que la gente identifica como "gay", que no es poca.Entonces, basta de querer identificarme con un estereotipo que no cumplo… ni pretendo cumplir.

Creo, además, que la lucha debe ir más allá de estas categorías: que se respete a todas las personas independientemente de sus gustos, de sus placeres, de sus secretos, de sus estilos, de sus pudores, de sus miedos, de sus sinceridades… nadie tiene derecho a meterse en la vida de los demás.

Que conste: respeto mucho a amigos y colegas que quieren seguir identificándose como tal… incluso a quienes defienden el "matrimonio gay" – matrimonio, esa institución patriarcal, símbolo del poder masculino,colmado de dobleces, quimeras y sentido de pertenencia, que tan pocos buenos ejemplos nos ha dado a través de la historia.

Por eso prefiero ser identificadopor muchas otras cosas más importantes. Por ejemplo:

• Camilo (para más detalles García López-Trigo, porque en el pueblo hay muchos Camilos): con virtudes y defectos, con verdades y contradicciones.
• cubano (de los patriotas, de los que no se van)
• camagüeyano (de nacimiento, aunque conozco poco la zona)
• habanero(por adopción… cayohuesano para ser más exactos, donde he vivido gran parte de mi vida. Es que, sin dudas, Cayo Hueso deja su impronta).
• hombre (con los beneficios y perjuicios que eso implica)
• blanco (enapariencia, por supuesto. Igual que lo anterior, estodefine muchas experiencias que he tenido… y otrasque no he tenido)

¡Ah! y maricón, que es muy diferente a ser "gay".Al menos es un término más concreto, más directo… que va a la esencia: todo el mundo sabe inmediatamente de lo que estoy hablando. Y aunque a algunas personas no les guste, porque les suena vulgar y peyorativo…¡es una palabra que a mi me suenatan masculina!

7 de septiembre de 2012

sábado, 10 de marzo de 2012

Cuba defiende en Naciones Unidas respeto a la libre orientación sexual y la identidad de género

La delegación cubana se sumó a las voces de los países que, el pasado 7 de marzo, criticaron en Naciones Unidas todo acto de discriminación o violencia contra cualquier persona por motivos de su orientación sexual e identidad de género. La declaración se realizó en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra durante un panel realizado sobre discriminación y violencia contra personas por su orientación sexual e identidad de género.
Junto a esta posición, y ante la evidente falta de consenso en Naciones Unidas para tratar el tema, Cuba también llamó a promover una cooperación internacional al respecto, “mediante el diálogo genuino, el respeto y la sensibilización”. Además, reclamó la comprensión y el respeto como “claves en el éxito de un proceso que puede tomar tiempo, pero que amerita nuestro empeño”.  
Durante la intervención, el delegado cubano Juan Antonio Quintanilla Román destacó el trabajo realizado por el CENESEX y otras organizaciones e instituciones cubanas por el respeto a la libre y responsable orientación sexual e identidad de género, entre ellas las Jornadas Cubanas contra la Homofobia, que se realizan cada año alrededor del 17 de mayo (reconocido como el Día Mundial contra este tipo de discriminación).
La posición expresada en Ginebra se corresponde con los Objetivos de Trabajo aprobados el 29 de enero pasado en la Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba, entre los cuales se encuentra el enfrentamiento a los prejuicios y conductas discriminatorias por orientación sexual e identidad de género.
Intervención del delegado de Cuba, Juan Antonio Quintanilla Román
(Consejo de Derechos Humanos, Ginebra, 7 de marzo de 2012)
Señora Presidenta:
Para Cuba todo acto de discriminación o violencia contra cualquier persona es condenable, injustificado e ilegal, incluyendo aquel que se sustenta en bases claramente discriminatorias por motivos de raza, color, sexo, orientación sexual, identidad de género, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o condición social o cualquier otro tipo de discriminación lesivo a la dignidad humana.
La Revolución Cubana, desde su triunfo en 1959, y en correspondencia con su vocación humanista, estableció como objetivo prioritario el combate a cualquier acto de discriminación o violencia contra las personas. En Cuba la discriminación está proscrita por Constitución, cualquiera que sea su naturaleza. No existe legislación o política alguna que penalice a las personas en razón de su orientación sexual o identidad de género.
El Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) y la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (SOCUMES), junto a otras instituciones del Estado, y del gobierno, y las organizaciones no gubernamentales cubanas, han promovido el respeto a la libre orientación sexual e identidad de género en correspondencia y como reflejo de la firme voluntad política de nuestro Estado y gobierno de garantizar la plena igualdad de todos los cubanos y cubanas.
Destacamos también la celebración de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia, espacios de participación democrática que incluye la expresión libre de personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
Del 23 al 26 de enero pasado, se realizó el VI Congreso Cubano de educación, orientación y terapia sexual. El evento, en el que participaron reconocidos expertos de varios países, constituyó una fructífera instancia para el diálogo y la sistematización de las mejores experiencias en este ámbito.
Señora Presidenta:
Cuba llama a promover una cooperación internacional en el tema que nos ocupa mediante el diálogo genuino, el respeto y la sensibilización. No apoyamos la vía de la confrontación. La comprensión y el respeto son claves en el éxito de un proceso que puede tomar tiempo, pero que amerita nuestro empeño.  
Muchas gracias.

martes, 21 de febrero de 2012

El silencio no es educación sexual

La tercera edición del Diccionario Básico Escolar, publicado por la Editorial Oriente y el Centro de Lingüística Aplicada de Santiago de Cuba, ha sido anunciada con entusiasmo por los medios de prensa como uno de los libros más esperados en la recién clausurada XXI Feria Internacional del Libro Cuba 2012.
Sin embargo, para mi sorpresa, entre sus 10 600 palabras no se encuentra el término “sexualidad” y, mucho menos, “heterosexualidad”, “homosexualidad”, “bisexualidad”. Al parecer, nuestros jóvenes y adolescentes – y nuestra población en general – no deben conocer el significado de estas palabras.
El silencio no es educación sexual. En realidad, el silencio es lo opuesto a la educación, sea cual fuere, y es violatorio del derecho a la información basada en el conocimiento científico, uno de los derechos sexuales reconocidos por la Asociación Mundial de Salud Sexual (WAS). El silencio también es violencia, al arrebatar a las personas su derecho de saber.
La palabra “sexual” aparece: “relacionado con el sexo” y agrega: “las relaciones sexuales tempranas no son convenientes”. Como si fuera poco, adiciona otro significado desconcertante: “educación sexual: Enseñanza sobre el sexo que se ofrece, fundamentalmente, a los jóvenes” (el destacado es mío).
No me sorprendió entonces que “mojigato” m “pacato” o “mojigatería” tampoco aparecieran en el Diccionario.
La educación sexual no es la enseñanza sobre el sexo, sino sobre la sexualidad, que va mucho más allá que la mera cuestión biológica e incluye las relaciones humanas, la vinculación social, la diversidad sexual, los roles de género… y tantos otros factores. Además, no sería adecuado circunscribirla a los jóvenes, pues la vida entera – desde nuestro nacimiento hasta la vejez – es un permanente aprendizaje sobre sexualidad ¿nuestras niñas y niños no tienen derecho a la educación sexual? ¿o acaso no cuenta la sexualidad de las personas en la tercera edad?
Es lamentable que se pierda una oportunidad tan favorable, como es este libro buscado por muchas personas, para educar a la población sobre un tema tan importante y de tanto interés para todas y todos. Semejante tratamiento es más lamentable cuando desde 1975, en el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, se estableció la educación sexual como política de Estado y desde 1996 se instituyó este programa en el sistema educacional del país.
Un ejemplo diferente, por suerte, se puede apreciar en la enciclopedia cubana en la intranet “EcuRed” – a la que jóvenes y adolescentes pueden tener acceso a través de la red educativa en sus escuelas y los Joven Club – tiene una amplia explicación de todos esos términos que, no sin inexactitudes, puede dar un acercamiento más informativo a estos temas.
Entonces habrá que buscar una computadora con conexión a la red, y no el Diccionario Básico Escolar, para aprender de sexualidad en las escuelas.

domingo, 5 de febrero de 2012

"El rumbo ya ha sido trazado, ¡avancemos!"

Así culminó el discurso del Primer Secretario, Raúl Castro Ruz, durante la clausura de la Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba, el pasado 29 de enero.
En el caso de la diversidad sexual, el rumbo quedó claro en su Objetivo 57: enfrentar los prejuicios y conductas discriminatorias por orientación sexual (incluyendo en su aplicación la identidad de género). Además, el Objetivo 69 orienta a la producción de audiovisuales, a la prensa escrita y a la digital, reflejar con profesionalidad la realidad cubana actual en toda su diversidad, incluyendo explícitamente el tema de la orientación sexual.
Sin dudas, es un éxito histórico: por primera vez el Partido Comunista de Cuba asume una política clara contra la discriminación por orientación sexual, tras décadas de silencio que condujeron a no pocas prácticas homofóbicas, dolorosas para muchos.
Y es una buena señal de voluntad política que se haya mantenido el tema, a pesar de que – entre tantas cosas importantes que contenía el documento – el Objetivo 57 (antes 54) fue el que más observaciones tuvo en la discusión con las bases, con 11 285 – supongo que mayoritariamente negativas –, y que algunas personas amenazaron incluso con entregar su carnet del Partido si era aprobado.
Tal vez esa complejidad política es la que haya impulsado a Eusebio Leal a decir que esto ha sido “lo más avanzado y lo más actual a lo que podamos llegar”, con el apoyo de otras personas que participaron en los debates.
Aunque estoy seguro que podríamos haber logrado mucho más – sobre todo si hubiéramos contado con la posibilidad de educar mejor a nuestro pueblo – lo alcanzado constituye un acto de justicia nacional y un ejemplo de humanismo de la Revolución cubana, con un impacto trascendental hacia lo interno y hacia el exterior.
Además, como dijeron algunos delegados de la Conferencia, ha sido un paso importante a favor de la necesaria unidad nacional, para no seguir excluyendo por motivos que no se justifican en un proceso esencialmente emancipador.
Pero lo que no cabe dudas es que esto es casi el comienzo, fruto de tantos esfuerzos en los últimos años, y queda aún mucho más por hacer.
Cumplir con los Objetivos de Trabajo del Partido, tanto en la no discriminación como en la educación a través de los medios, será vital para – en esta ardua lucha contra siglos de prejuicios – alcanzar nuevos logros: las modificaciones al Código de Familia para reconocer la unión legal entre personas del mismo género, el registro de identidad legal de las personas transexuales sin la necesidad de la cirugía de reasignación sexual, la inclusión de las personas trans en las políticas públicas, cambios constitucionales y mucho más.
¡Avancemos!

lunes, 30 de enero de 2012

Cuestiones de género y del lenguaje



Nuestros problemas con la cuestión del género y el machismo se encuentran tan cómodamente insertados en nuestro quehacer diario, que ni nos damos cuenta de los errores (debería decir “horrores”!) que hacemos, en detrimento de las féminas… la mayor parte de las veces con el consentimiento de ellas.

Hace unos días caminaba por Centro Habana y me encontré este cartelito en la tienda Panamericana de Neptuno y Oquendo, que es una muestra clara de lo antes dicho.

Evidentemente, es inaceptable que se le coloque el cartel de “Jefa” al hombre…. sin embargo, es muy “normal” aceptar el cartel de “Administrador” a la mujer. ¿Es que no existe la palabra “Administradora”? Incluso era más fácil agregar la A al final de Administrador, que cambiar la E, de la palabra Jefa.

Cosas del lenguaje que utilizamos, que transmiten nuestra forma de pensar: machista, patriarcal y, en un final, discriminatoria hacia las mujeres y las niñas. Expresión también de violencia simbólica contra ellas.

domingo, 8 de enero de 2012

"Verde, verde" o las raíces de la homofobia

La más reciente entrega del maestro Enrique Pineda Barnet, la película “Verde, verde”, es una propuesta que puede ser muy incómoda para una sociedad marcada aún por patrones machistas, en muchas ocasiones demasiado estrictos.
Tiene el mérito de ir más allá de la homofobia para encontrar su raíz en los rígidos comportamientos que la sociedad le impone a los hombres (o mejor dicho, a los “machos”), mayoritariamente sobre la base de la negación: lo que no pueden sentir, lo que no pueden ceder y lo que – bajo ningún concepto – pueden dejarse hacer. Y, como parte de ese patrón, es importante demostrar (compartir, vociferar) su masculinidad… aunque a algunos se les va la mano, cuando se sabe que “verde, verde, da maduro”.
Es significativo que una película cubana – ¡al fin! – presente a un hombre homosexual con la virilidad que viven muchos hombres y totalmente asumido en su sexualidad, en pleno goce de su conquista a otro hombre que, a pesar de sus fobias, disfruta también de esa seducción… y del sexo con otro hombre. La bisexualidad, que se asoma por momentos, le agrega al filme un componente sugerente: es el reflejo de una realidad poco conocida y silenciada, incomprendida tanto por homosexuales como por heterosexuales y que, sin dudas, es fuente de conflictos para no pocas personas.
Y de eso se trata la propuesta: de la pasión, del amor prohibido, de la felicidad amputada por los prejuicios, por el qué dirán... del amor y del odio: de ese odio que lacera a los demás, por no cumplir con los patrones que exige la sociedad; y del odio hacia uno mismo, por amar como “no se debe”, por no haber aprendido bien la lección de lo que “no se puede”, hasta quedarse encerrado – aplastado – en su propia pesadilla.
Pero “Verde, verde” también pone al descubierto, de una forma descarnada, que los hombres tampoco escapan de ser víctimas de la llamada “violencia de género”, para mantener y ejercer el poder que les otorga su masculinidad.
Generalmente, cuando se habla de ese término, se piensa en la violencia de los hombres hacia las mujeres… pero poco se dice de la violencia de los hombres hacia otros hombres, siguiendo rígidamente los patrones de la norma heterosexual, o de la violencia que muchos hombres se imponen a sí mismos para cumplir – aunque sea contra su voluntad – con los patrones que aprenden y les son impuestos desde pequeños (no llorarás, no demostrarás flaquezas, no serás débil, no sentirás placer si no es con una mujer...)
Es lamentable que muchas personas, agobiadas por estos y otros prejuicios – digamos: por el color de la piel, por la edad, por comentarios y por tantas otras cosas –, dejan escapar la felicidad entre sus manos y se quedan varados en su desamparo.
“¡Yo pude haberte querido!”, confiesa Carlos en “Verde, verde”, cuando su odio liquidó ya toda posibilidad de haber encontrado la felicidad con ese hombre que lo cautivó y que lo colmó de un placer prohibido. Pero también fue la más clara expresión de su impotencia, frente a las estrictas reglas de su masculinidad, y de su frustración, ante ese placer que había reprimido y que sabía no lo iba a abandonar jamás.
El maestro Pineda Barnet ha apostado esta vez por la película que más profundamente encara el machismo y la homofobia en Cuba, de una forma nada complaciente. Es garantía de mucha polémica y de incomodidad para aquellas personas dogmáticas que no querrán cambiar su forma de pensar “verde, verde”…