viernes, 31 de julio de 2015

Entregados los Premios David 2015




Publicado en: http://www.cubarte.cult.cu/es/noticia/entregados-los-premios-david-2015/29201

En el aniversario 58 del asesinato del combatiente revolucionario Fran País – David, el nombre de guerra que utilizaba como Jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de julio – fueron entregados en la tarde de este jueves 30 de julio en la sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC los Premios David 2015 de Literatura. 

Ante la sala repleta de público joven en su mayoría y con la presencia del Presidente de la UNEAC Miguel Barnet y el Vicepresidente primero Luis Morlote, la escritora Lourdes de Armas – coordinadora del certamen por la Asociación de Escritores de esa organización – agradeció el trabajo realizado por los jurados, el cual valoró de “riguroso, exhaustivo y con mucha responsabilidad”.

El Premio David de poesía, entre los 44 libros presentados, fue entregado a Grisel Echevarría por su obra Historia Clínica, considerando su “eficaz fusión de una poesía existencial – y a veces conceptual o metafísica – con maneras experimentales donde lo marginal se enseñorea de las formas y el contenido”. 

El jurado formado por Caridad Atencio, Daniel Díaz Mantilla y Leonardo Sarría también saludó la “amplia presencia de cuadernos escritos por mujeres, algo poco frecuente en este tipo de concurso” y otorgó menciones a Marta Acosta, por su poemario Palomitas Company, y a Yunier Mena por Todos los predios.

En la categoría ciencia ficción y fantasía, por mayoría de votos, el jurado del Premio David de Novela le fue entregado a Malena Salazar Maciá por su obra Nade, valorando que logra “una trepidante historia de persecución e intriga en un universo post-apocalíptico, basado en la mitología egipcia”.

Los miembros del jurado – integrado este año por los reconocidos escritores del género Yoss, Elaine Vilar y Raúl Aguiar – decidieron otorgar una Mención Especial a Daniel E. Burguet por Historia del más acá, a partir de “la creación de un universo fantástico personal, dotado de notable humor negro y sarcástico costumbrismo”.

Además, le concedieron Menciones a las obras El Cemí, de Iris Rosales, por su original abordaje del terror en un contexto nacional indocubano; y a Chunga Maya y otros relatos, de Alejandro Martín Rojas, por su “amena mezcla de humor y ciberpunk en una Habana distópica”.

Al leer el acta del jurado, Yoss también felicitó a los organizadores del Premio por el regreso de la categoría de narrativa fantástica a los géneros convocados y destacó la calidad de la mayoría de los 8 trabajos presentados, considerando que todas las menciones son libros perfectamente publicables en su estado actual.

Por su parte, en el género de ensayo artístico-literario el jurado – conformado esta vez por Luis Álvarez, Sergio Chaple y Enrique Saínz – decidió por unanimidad dejarlo desierto, teniendo en cuenta la insuficiencia de los análisis en los 3 textos presentados y, en muchas ocasiones, la ingenuidad del discurso ensayístico.

El Vicepresidente primero de la Asociación de Escritores, el Premio Nacional de Literatura Eduardo Heras León, al hacer las conclusiones del encuentro recordó el prestigio que siempre ha tenido este certamen, fundado en 1967. Señaló que desde sus inicios el Premio David fue muy atractivo para los jóvenes porque les abría las puertas al gremio de los escritores y, para quienes resultaban ganadores, representaba la oportunidad de ser miembros de la UNEAC y compartir con las grandes figuras de la literatura a quienes veían como Dioses.

“Es otra vez el Premio David de aquellos primeros años”, resaltó Heras, pues “ha recuperado todo su prestigio y ocupa un primerísimo lugar entre los más importantes concursos literarios del país”. Próximo a cumplirse su 50 aniversario se le seguirá cuidando como lo que es: “el hijo más querido de la Asociación de Escritores”, concluyó convencido de su trascendencia para la cultura del país.

Lo que dice la biblioteca de Eliseo Diego


Fefé Diego y Fina García Marrúz recibiendo el cariño del público

Hablar de Eliseo Diego en Cuba es recordar a uno de sus más grandes escritores, reconocido como uno de los mejores poetas de América Latina. En la mañana del jueves 24 de julio, para celebrar el 95 aniversario de su nacimiento – el 2 de julio de 1920 –, la Asociación de Escritores de la UNEAC le organizó un homenaje en la sala Rubén Martínez Villena que no podía pasar inadvertido, tanto por la concurrencia como por su contenido.

A pesar del excepcional horario para este tipo de actividades, una sala llena de intelectuales – entre quienes se encontraba la Premio Nacional de Literatura Fina García Marrúz – acogió con interés la conferencia de Fefé Diego al compartir algunos de sus descubrimientos tratando de poner en orden la biblioteca de su padre, una tarea que él quiso hacer y nunca pudo terminar, muy afanosa cuando se trata de 4 mil títulos de diversos temas y géneros, en español y en inglés.

El Presidente de la Asociación de Escritores Alex Pausides reconoció el apasionante trabajo de búsqueda y recopilación realizado por ella y calificó de “admirable y excepcional” la obra de reconstrucción que realiza, tratando de reflejar cada luz y cada sombra sobre la vida de este extraordinario escritor que no ha muerto… porque “los buenos poetas nunca mueren”, reafirmó.
Las primeras palabras de Fefé fueron dedicadas a los amigos de la Biblioteca Nacional y a los bibliotecarios del mundo, que realizan “un trabajo tan útil y tan poco reconocido”, para destacar el montón de sorpresas y hermosos detalles que fue encontrando en cada libro revisado – algunos de ellos con fecha de publicación muy lejana en el siglo XIX – tanto desde el punto de vista editorial como personal.

Sus descubrimientos los fue separando por acápites. Empezó por la colección de librerías e imprentas de las cuales provenía cada ejemplar: más de 40 establecimientos de La Habana – de O’Reilly u Obispo, Neptuno y Belascoaín, La Minerva del Cerro, La Victoria, Cervantes o La Verónica, entre muchos otros – que le permitían hacer una colección en su amplia diversidad de impresiones y logos. Particularmente interesante para ella fue encontrar la dedicatoria del libro que sirvió de intermediario en el primer encuentro del poeta con Lezama Lima, en la librería de El Encanto, una amistad que fue fructífera y duradera.

Momentos históricos específicos tuvieron especial impacto en la colección de Eliseo, como la Segunda Guerra Mundial, al conservarse ejemplos claros del manejo de la producción de libros en tiempos de guerra y las campañas de recopilación de textos para entretener a los hombres en el frente de batalla, algunas de ellas lideradas por firmas muy reconocidas en la literatura mundial de entonces. O la presencia en La Habana de “una inglesa muy británica”, una escritora llamada Mary Stanley Low, quien evidentemente tuvo a mediados del pasado siglo una vida cultural muy intensa y cercana a los principales intelectuales y artistas cubanos, con una trascendencia tal que pudiera ser incorporada a la lista de la literatura cubana “por derecho propio”.

Como toda biblioteca que se respete, también reseñó libros raros y antiguos, impresiones centenarias, verdaderos “decanos” en perfecto estado de conservación, con notas fabulosas y tan increíbles como una con dedicatoria al general Calixto García. Manuscritos de Cortázar, Borges, la primera edición de “El reino de este mundo” dedicada por Carpentier, entre muchas otras joyas literarias a las que pudieran dedicarse horas de lectura.

Si de diseños de cubierta se trata, ante tantos libros se pudiera hacer un estudio merecedor de un Doctorado, como tema fascinante en su evolución. Salta a la vista que mientras más antiguos eran los libros más sobrios fueron sus diseños, sin hablar del tipo de papel, el formato de las páginas interiores, los cambios en la elaboración de los libros entre las vastas colecciones de editoriales españolas, inglesas y argentinas y el uso de los “colofones”, que describen interesantes historias o detalles que merecen ser leídos.

No cabe dudas que ante una labor tan diligente y llena de asombros, a Fefé le parecía que los libros le quisieran hablar, como si su padre quisiera transmitirle historias no contadas, secretos bien guardados que esperan mejores momentos para salir a la luz. Entre ellos, conoció detalles del noviazgo entre sus padres – a partir de las dedicatorias en los libros que se regalaron antes del matrimonio – y de la íntima amistad que disfrutó el poeta por tantos años con otros grandes de la literatura cubana: Cintio y Fina. 

Muchas confesiones se escucharon esa mañana y muchas otras quedaron por decir, cuando se trata de un trabajo tan minucioso y apasionante en el que queda aún camino por recorrer. Pero, ante el placer de escucharle emocionada cada descubrimiento entre las hojas y el polvo de los libros en la biblioteca de su padre, se fue descubriendo también la magnitud de un escritor trascendental, de quien aún podemos aprender y disfrutar por el placer de la lectura.

Además de su reconocida trayectoria poética, Eliseo Diego fue narrador, ensayista y realizó traducciones y versiones de las más importantes figuras de la literatura infantil en el mundo. Recibió el Premio Nacional de Literatura en 1986 y el Premio de la Crítica en 1988 y 1989. En 1992 la Universidad del Valle, en Cali, Colombia, le otorgó el Doctorado Honoris Causa. En 1993 recibió el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo

Fue uno de los fundadores de la revista Orígenes, dirigida por José Lezama Lima y José Rodríguez Feo. Entre sus obras se destacan el libro de prosa poética Divertimentos (1946), los poemarios La Calzada de Jesús del Monte (1947), El oscuro esplendor (1966), A través de mi espejo (1981) y Cuatro de Oros (1990).

lunes, 20 de julio de 2015

Presentados los jurados del Premio UNEAC de Literatura 2015





Publicado en: http://www.cubarte.cult.cu/es/noticia/presentados-los-jurados-del-premio-uneac-de-literatura-2015/28941

En la tarde del viernes 17 de mayo, en el año que se están celebrando los 50 años de la creación de los Premios UNEAC de Literatura, fueron presentados en la sala Rubén Martínez Villena  de la UNEAC a los miembros de los jurados en sus cuatro convocatorias para 2015: poesía para niños y jóvenes, cuento, novela y ensayo histórico-social.

El poeta Alex Pausides, Presidente de la Asociación de Escritores y anfitrión del encuentro, comentó el interés del Ejecutivo de esa organización en invitar a algunos de los más prominentes miembros de la Asociación a formar parte de los jurados. El objetivo ha sido darle la importancia que merece al Premio, que es reconocido como uno de los más prestigiosos del país en las últimas décadas y ha promovido autores de alta trascendencia para la cultura cubana.

De esta forma, el jurado del premio “Juan Pérez de la Riva” (de ensayo histórico-social) lo componen en esta ocasión Aurelio Alonso, Jesús Arboleya y María del Carmen Barcia; en el premio “Ismaelillo” (de poesía para niños y jóvenes) forman parte la Dra. María Dolores Ortiz, Mirta Yáñez y Nelson Simón (de Pinar del Río); el “Luis Felipe Rodríguez” (de cuento) está formado por Laidi Fernández de Juan, Anna Lidia Vega Serova y Sergio Cevedo Sosa y el premio “Cirilo Villaverde” (convocado este año para novela policíaca) tiene como jurados a Armando Cristóbal, Emilio Comas y Julio Travieso.

“Todo premio comienza con un jurado de alta jerarquía” – señaló Pausides al destacar el talento de sus miembros – “pero también necesita de obras relevantes”, llamando la atención en la necesidad de premiar a las obras que lo merezcan. En estos momentos ya los miembros de los jurados están leyendo las obras presentadas y la premiación está prevista para la tarde del viernes 11 de septiembre en la propia sala Villena. En ese contexto, anunció que en total fueron presentadas 73 obras, de ellas 34 poemarios, 8 novelas, 23 libros de cuentos y 8 ensayos.

Además, como resultado de las discusiones del 8vo Congreso de la UNEAC y de la atención que se le ha dado al Premio para elevar su importancia en el contexto de los eventos literarios del país, se ha logrado coordinar con el Instituto Cubano del Libro incorporar a los autores y libros ganadores en el circuito de promoción nacional, para participar – junto a los ganadores de los premios Carpentier, Nicolás Guillén y otros – en giras y presentaciones de libros en distintas provincias y en el exterior.
Por otra parte, también se conoció que en la tarde del 19 de diciembre está previsto que se lleve a cabo en la UNEAC una celebración por el 50 aniversario del Premio, que deberá contar con una muestra plástica y un panel con invitados que realizarán un balance del aporte que ha tenido este concurso literario para las letras cubanas.

“Hay una historia de obras trascendentes, con un peso importante en la cultura nacional” que debe ser resaltado, señaló el Vicepresidente de la UNEAC Pedro de la Hoz, quien indicó además que se está luchando por una mejor sincronización entre el trabajo de los jurados y la producción editorial, para dinamizar las propuestas en los próximos años y que el público no tenga que esperar mucho tiempo para disfrutar de la lectura de las obras premiadas.

En el encuentro también se fueron presentados los miembros del jurado para la Beca de Creación Literaria “Cintio Vitier”, sobre estudios críticos y obras de ficción, que ha sido retomada por la Asociación de Escritores este año. Los escritores Virgilio López Lemus, Alberto Garrandés, Salvador Arias, Pedro Pablo Rodríguez y Carlos Tamayo (de Las Tunas) serán los encargados de deliberar entre los 15 proyectos de libros que ya fueron presentados, cuyos resultados serán dados a conocer igualmente el 11 de septiembre próximo.

Con relación a los Premios David de 2015, para autores que no han sido publicados con anterioridad y cuya premiación está prevista para la tarde de este 30 de julio, se conoció que los jurados estuvieron conformados por los siguientes escritores: para novela de ciencia-ficción y literatura fantástica Raúl Aguiar, José Miguel Sánchez (Yoss) y Elaina Vilar; para poesía Leonardo Sarría, Caridad Atencio y Daniel Díaz Mantilla; y para ensayo artístico-literario Luis Álvarez (de Camagüey), Enrique Saínz y Sergio Chaple.