lunes, 26 de junio de 2017

Festival del danzón: sentir la música y pensar en ella

Con la magistral interpretación en solo de flauta, por el maestro José Loyola, del famoso danzón La flauta mágica se inició el Coloquio Internacional Danzón Habana 2017 –en su 10ma edición– en la mañana del jueves 22 de junio. El Centro Hispanoamericano de Cultura, en el edificio de Las Cariátides del Malecón habanero, sirve de sede para este programa académico que continuará hasta el día de hoy con la participación de musicólogos, investigadores y amantes de la música cubana.
Loyola, Presidente y creador del Festival Internacional del Danzón hace diez años, indicó que aunque el programa general también incluye espectáculos, venta de discos y un concurso internacional de baile, entre muchas otras actividades, es importante hacer énfasis en el estudio académico para lograr el desarrollo de las artes, resaltando que "la génesis de estos Festivales ha estado la teoría de la música".
Por su parte, la presidenta del Coloquio Alicia Valdés Cantero anunció que habrá "mucho y muy bueno" sobre este género musical y su desarrollo a través del diverso programa temático y resaltó la presencia de importantes músicos e intelectuales de Colombia, México, República Dominicana y otros países. Además, dio lectura al mensaje de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) a escritores y artistas norteamericanos en repudio al discurso anticubano del Presidente de los EEUU, el cual fue apoyado por los presentes.
Este respaldo a la identidad cubana y su soberanía estuvo muy ligada a la primera presentación del evento, que corrió a cargo del historiador Dr. Eduardo Torres Cuevas, Director de la Biblioteca Nacional José Martí, quien impartió una conferencia magistral titulada "De lo criollo a lo cubano: sentimiento y pensamiento de una permutación permanente".
"No se concibe el desarrollo de la historia de Cuba sin la música y sin la poesía", sentenció, pues desde el siglo XVI fuimos fabricando nuestra propia imagen en una mezcla de elementos que Fernando Ortiz calificó como "transculturación", en cuyo centro estaba la música y en la que el danzón se convirtió de forma sistemática en el eje de su desarrollo.
"El «ajiaco» de Fernando Ortiz no fue una casualidad", indicó, que es único porque se enriqueció con cada uno de sus componentes –de la combinación de las culturas españolas, de las 85 etnias africanas, de la inmigración china, entre otras– con un sabor diferenciado en cada uno de ellos. Todo eso, junto a muchos otros factores, vino a ser lo que Ortiz denominó "la cualidad de lo cubano", que se define tanto en el sentimiento como en el pensamiento: por eso hay que "sentir la música y pensar en ella, porque es la expresión más auténtica, compleja y general de la formación y desarrollo de la nación".
Indicó que una particularidad en el desarrollo de la música cubana fue que al final el éxito se definía desde abajo: en los pies de los bailadores. Consideró cuatro elementos fundamentales para la contribución del desarrollo de la música: primero la radio, con la inmensa cantidad de emisoras musicales, junto a la vitrola –que generalmente se asocia a los bares, pero en Cuba estaban en cualquier esquina y, con la generosidad del cubano, tenían la música a todo dar– , después la televisión –con CMQTV y El show del mediodía, donde Germán Pinelli, la Aragón y el Conjunto Casino fueron de gran impacto– y las "casas de baile", que habían muchas en todo el país a pesar de que ahora solo se habla del Buenavista Social Club. 
Valoró de gran importancia, para musicólogos e historiadores, realizar una investigación profunda sobre el papel que tuvo ese desarrollo musical en la identidad cubana y su gran amplitud, para ir más allá de los estereotipos o de creer que sólo los elementos económicos o políticos definen la historia de la nación. Pérez Prado, Barbarito Diez y La Aragón fueron de los más grandes y reconocidos, pero hay tantos muchos otros –como Ernesto Duarte, Felo Bacallao, La Riverside con Pedro Vila, Orlando Vallejo, Tito Gómez, Orlando Contreras, Chapotín, etc.– a quienes tenemos que estudiar y sacar del olvido.
"Lo que toca la música es el alma, el sentimiento, lo que nos identifica: Cuba ha sido una sociedad llena de ritmos" y "sólo en el sentido del «ajiaco» es que se entienden muchas cosas de qué es lo cubano", indicó. De ahí el gran reto que tenemos de "reconstruir la memoria, que está en la historia", para que las nuevas generaciones puedan sentir y pensar su nación; porque "cuando se pierde la memoria es un pedazo de terreno que desaparece", sentenció.
El programa académico del día continuó con el Panel "El danzón: elemento de defensa y reafirmación de la cultura y la identidad nacionales", moderado por la matancera Leydet Garlobo, y las conferencias del Dr. Cecilio Tieles –sobre "La contradanza habanera: antecedente del danzón y creación del músico cubano"– y otros investigadores y músicos que profundizaron en las raíces y evolución de este género musical.
Este año el evento está dedicado a conmemorar el centenario del genial músico cubano Dámaso Pérez Prado (1917-1989), además de otros aniversarios importantes como el 105 de la famosa cantante Paulina Álvarez (1912-1965) –conocida como "La Emperatriz del Danzonete"–, el 120 de Aniceto Díaz (1887-1964) –creador del danzonete– y el centenario de la llegada del danzón a tierras mexicanas, a través de Yucatán.

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