sábado, 22 de diciembre de 2018

Aprendizajes

En más de 15 años de activismo #LGBT en #Cuba he aprendido que:

1. No podemos sentarnos a esperar, porque nada viene solo. Se lucha contra prejuicios muy arraigados en la cultura y hay que trabajar fuerte contra ellos.

2. La felicidad nunca viene completa. Los resultados vienen pasó a paso,  sólo se triunfa persistiendo sin perder el objetivo.

3. Se deben aprovechar las oportunidades, que no siempre se puede avanzar en el tema y son muchos los obstáculos, desde todos los flancos.

4. Cada momento de avance es motivo de celebración, de volver a adecuar tácticas y estrategias.

No queda más remedio que luchar, aprovechando cada momento y construyendo nuevas vías sobre cada logro, aunque parezcan mínimos

lunes, 3 de diciembre de 2018

Para que suene el verdadero origen del teatro cubano

Con el sugerente nombre de Lo que fuere, sonará, en la tarde del viernes 30 de noviembre se presentó en la sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC el libro del actor, dramaturgo e investigador Carlos Padrón. El ejemplar en dos tomos hace un trabajo exhaustivo sobre el origen, las principales etapas, las manifestaciones, los autores y las obras significativas que permitieron el desarrollo del teatro en Cuba, desde el siglo XVI hasta el XIX.
Al hacer la introducción, el crítico teatral Omar Valiño resaltó que la obra es el resultado de una investigación "que no es académica, sino de las pasiones de toda una vida". Señaló que Padrón buceó donde apenas nadie había andado y ha logrado una resonancia positiva muy particular entre los teatristas cubanos, que está a la altura del enorme trabajo y el largo tiempo que le tomó hacerlo.
La presentación estuvo a cargo del narrador y ensayista Francisco López Sacha, quien prefirió comenzar dedicando "el primer pensamiento" a Rine Leal, el padre de la investigación teatral en Cuba. Elogió el trabajo de Padrón por buscar en toda la documentación posible, desde los procesos que inician la conquista y la colonización de América, para encontrar los verdaderos orígenes del teatro en Cuba.
Como parte de esta investigación "prolija y minuciosa", indicó como muy significativo que este libro "tira en el piso ideas preconcebidas", como la que señala el inicio de la tradición teatral cubana en 1775, cuando se inaugura el primer teatro europeo en La Habana: el Coliseo. Sin embargo, esta investigación demuestra que el proceso de creación surge desde mucho antes, desde 1570 cuando "el revoltijo cada vez más prolijo" de la sociedad de entonces en la isla fue transformando el Corpus.
El desarrollo de la escena mediante modestas danzas, comedias y otras manifestaciones, que en su andar se mezclan con las expresiones del Día de Reyes y las expresiones que llegaron desde África, junto al Carnaval, van de la mano de ese proceso de transculturación que va creándose en el país, con características propias.
Citó a Fernando Ortiz para lograr entender esa amalgama de sabores, ritmos y escenas que transformaron al Corpus Christi, de su inicial contenido religioso, para que fuera derivando en un espectáculo lúdico que tiene origen mestizo: una unión de tradiciones europeas y afrocubanas. Ya para el siglo XVII teníamos un teatro mezclado a los factores de la parranda y las celebraciones populares, fundando el espíritu del sentimiento cubano —cuando aún no se definía como tal—.
Señaló como otro valor importante del libro la forma en que documenta cómo se iba al teatro en aquel entonces, detalles que dan el sabor de asistir a la tradición europea de una representación teatral. Sin embargo, resaltó que ni siquiera allí la cultura dominante lo tenía todo en la mano, pues "había una lectura oculta que era crítica a la dominación española", y el proceso de transculturación le dio al surgimiento del teatro en la isla una identidad que no es igual a la española, sino una propia: cubana.
Al partir en la investigación de la génesis del teatro cubano —desde los areitos aborígenes, pasando por las festividades cristianas del Corpus Christi, los bailes de los diablitos del Día de Reyes, etc. — y recorrer la primera obra teatral, el nacimiento de los poetas, actores y músicos y la construcción de los primeros teatros, el libro se consolida como una fuente importante de la historiografía cultural.
Como se señala al final del texto, "la investigación y su resultado son, al mismo tiempo, divertimento y cultura, liturgia y estímulo para el trabajo, magia y realidad; labor que le reserva al actor un merecido espacio en los estudios de teatrología en Cuba".

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Los servidores públicos en #Cuba y Twitter

Se ha vuelto común que los dirigentes cubanos abran cuentas en Twitter, tras el reclamo del congreso de los periodistas y que el presidente de la república anunciara la apertura de la suya. Loable esfuerzo, siempre que se exploten al máximo las potencialidades de tan poderosa herramienta. 

Twitter le da a los servidores públicos la posibilidad de rendir cuenta de su gestión, consultar directamente las políticas que le atañen y mantener un diálogo directo con el público. Pero si se usa solo para repetir consignas y retuitear lo que otros han tuiteado, se está perdiendo la mayor parte de su beneficio.

El canal informativo Caribe ya transmite por 12 horas seguidas y no se anuncia en ningún momento una cuenta en Twitter, con la que pudiera interactuar en vivo con sus televidentes. 

La cancillería anuncia en Twitter un canal para intercambiar públicamente sobre la política exterior del país y pide las inquietudes... por correo electrónico!

Las TICS abren un enorme abanico de posibilidades, pero hay que actualizarse también en su uso. Si no, estamos en la web 2.0 y usamos las herramientas de la www. O lo que es lo mismo: usamos los medios digitales con pensamiento analógico.

viernes, 16 de noviembre de 2018

Aire frío que se proyecta a la actualidad

Un hermoso y emotivo homenaje al más grande de los dramaturgos cubanos de todos los tiempos, Virgilio Piñera, se vivió en la noche del 13 de noviembre en la sala Charles Chaplin de La Habana con la premier del documental Aire frío: el casting.
A partir de una idea original de su guionista y director, el realizador Rolando Almirante, el audiovisual logra combinar armoniosamente entrevistas y debates sobre Virgilio con la puesta en escena consecutivamente de partes de la obra Aire frío por varios elencos, bajo la conducción de cinco de los más destacados teatristas cubanos del momento: Carlos Celdrán, Antonia Fernández, Raúl Martín, Fátima Patterson y Carlos Díaz.
Ante una sala colmada de artistas, amantes del cine y del teatro, Almirante agradeció la acogida que ha recibido este trabajo en el que "una de las expresiones artísticas más jóvenes —el cine— le presta su piel a una de las más antiguas: el teatro". Y recalcó que entre sus principales intenciones estaba inmortalizar ese esforzado trabajo que se realiza en las tablas, pues la mayoría de las veces se queda en el reducido espacio de las salas de teatro.
Para un empeño tan loable, nada mejor que hacerle un homenaje al "dramaturgo canónico cubano" —como caracterizó a Virgilio— casi al cumplirse los 56 años de la primera presentación de Aire frío en el país, que sucedió el 8 de diciembre de 1962. Calificado por Celdrán en el audiovisual como "la gran obra del teatro cubano, el buque insignia de la dramaturgia en Cuba", el conflicto de la familia Romaguera —con sus luces y sombras, sus tragedias y risas— se convierte en un símbolo de "la familia cubana" que se proyecta en el tiempo hasta la actualidad.
Las cinco visiones diferentes que se exponen de la misma historia, además de ser un tributo a la obra y al legado de Virgilio, nos vuelven a colocar en la realidad más concreta del país y, como si hubiera sido escrita hoy, nos habla del machismo, de los derechos, del respeto a las diferencias, de la fe en los cambios y —al decir de Fátima Patterson— "de la libertad de ser, del ambiente de un país, del que queremos".
Para muchos de ellos el documental les permitió saldar una deuda con su autor, pues durante mucho tiempo "sus libros estuvieron cerrados para la escena cubana" y algunas generaciones "no tuvieron la autorización" para representarlo. Como Virgilio sintió que "ser incómodo era su responsabilidad", retomarlo desde el cine con cinco visiones distintas al mismo tiempo vino a ser una suerte de "necesidad existencial".
Estas y muchas otras sorpresas les esperan a los espectadores de Aire frío: el casting, como estremecerse fascinados ante la actuación de la gran Verónica Lynn —quien fue la primera, la icónica Luz Marina, protagonista de la obra—  entrando de nuevo en la piel del mismo personaje y disfrutar sus anécdotas sobre aquella premier a principio de los años 1960: "Virgilio nunca le señaló nada a los artistas… ¡estaba tan contento con el estreno de su obra!", recordó.
La realización del documental contó con la participación del ICAIC, Alma Films y Producciones Caricatos. Se encontraban presentes, entre muchos otros, el Viceministro de Cultura y presidente del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, Fernando Rojas; el director del ICAIC, Ramón Sanada; y el director de la Cinemateca de Cuba, Luciano Castillo.
El lobby de la sala Chaplin, que es también la sede de la Cinemateca de Cuba, fue engalanada con afiches de la obra, fotos de su puesta en escena y el vestuario utilizado por los artistas en sus representaciones para el audiovisual.

lunes, 12 de noviembre de 2018

Una Gaceta histórica y cinematográfica


El más reciente número de La Gaceta de Cuba fue presentado en la tarde del viernes 9 de noviembre en la sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC. Su director, Norberto Codina, resaltó que esta edición —perteneciente a septiembre y octubre de 2018— está dedicada en su dossier principal al 150 aniversario del inicio de las guerras de independencia con el grito de La Demajagua y, para hacer la presentación, se recurrió al historiador, ensayista y periodista Pedro Pablo Rodríguez quien es, además, miembro de su Consejo Editorial.

Con la forma amena que le caracteriza al hablar, Pedro Pablo analizó la diversidad de aspectos seleccionados sobre el tema en esta edición, comenzando con su propio artículo titulado El 10 de octubre: la cultura de las guerras en el que analiza la psicología social cubana, que hace énfasis en el orgullo nacional, los héroes y las batallas, no en la enorme cuota de sufrimiento por la que pasó el pueblo durante la guerra.

"La imagen que ha llegado a nosotros, a siglo y medio de aquellos conflictos armados, es sobre todo la de la epopeya gloriosa, fijada por sus propios participantes desde los tiempos en que se peleaba con las armas en la mano. Curioso caso, aunque no único, el del pueblo cubano, que no solo aprendió a vivir en la guerra, sino que se quejó relativamente poco de ella y que en medio del conflicto levantó aún más su orgullo patriótico y su deseo por la patria libre, inmerso en aquellos extenuantes sufrimientos", dice en su texto.

Asimismo, reseñó el artículo con título tan sugerente como Simplemente Céspedes: lo demás es secundario, de José Abreu Cardet —a quien calificó como uno de los más notables historiadores cubanos—, el cual se adentra en una arista olvidada en los estudios bélicos: "los detalles de la terrible pero tremenda cotidianidad de la vida de un país en guerra".

De esta forma, el autor comparte una mirada muy humana de quien llamamos «el padre de la patria» en sus ascensos y descensos, para "hacernos reflexionar en lo que fue capaz de admitir y ceder, en más de una ocasión", dijo, desde su entrada victoriosa a Bayamo hasta con la bandera que había enarbolado.

Por su parte, Rafael Acosta de Arriba insiste en su artículo en el tema de Céspedes a través del análisis de la novela de Evelio Traba El camino de la desobediencia, (Ed. Verbum 2016 y Ed. Boloña 2017), no mediante una mera reseña del libro sino profundizando en el análisis de un aspectosiempre apasionante: la relación entre literatura e historia, el balance de una novela que cumple con su función esencial de hacer literatura sobre bases históricas y hacerlo de forma convincente, cuando se sabe que no hay fuentes que permitan sustentar fehacientemente todos los pasajes narrados.

Un enfoque sui géneris al análisis del dossier lo promueve el narrador Pedro de Jesús con su artículo Usos gráficos en la representación verbal del Himno Nacional cubano, calificado por Pedro Pablo como texto "formidable" por descubrir algo en lo que no se repara habitualmente: las distintas formas en que aparece y se usa la letra del himno en diferentes contextos, a partir de un estudio muy serio del manuscrito de Perucho Figueredo y otras figuras o documentos históricos.

En otro artículo la ensayista Zaida Capote vuelve sobre un aspecto a recordar: la política genocida, el exterminio, la cuota de sacrificios y las muertes espantosas durante el período de la reconcentración de Weyler y la forma en que ha sido tratado este triste episodio nacional en la literatura cubana.

Se incluye también un trabajo inédito sobre algo muy poco conocido en la historiografía de nuestro país: la emigración de santiagueros hacia el poblado de El Caney durante la inminente invasión norteamericana a la segunda ciudad más importante del país. El texto del historiador Fernando E. Miranda profundiza en este pasaje nada glorioso de un momento político difícil de la historia nacional, que para Pedro Pablo reveló la frase "meter a Cuba en el Caney", una versión muy oriental de la capitalina "meter La Habana en Guanabacoa".

En el contexto del dossier principal, al culminar la revista —con la sección de fragmentos de artículos publicados con anterioridad— se reproducen partes de un artículo de Antonio Núñez Jiménez con el título Surgimiento de la República de Cuba en 1901 que nos recuerda, entre otras cosas, que "pocos pueblos han pagado un precio tan horrendo por su libertad como el cubano, que perdió en el fragor de las batallas y en los campos de concentración el 12% de su población y el 66.66% de la riqueza total del país".

Pedro Pablo recordó que la revista nunca se queda en un solo dossier y el segundo grupo de artículos profundiza en pasajes específicos del desarrollo del cine cubano, en una suerte de revista "histórica y cinematográfica".

En ese sentido, resaltó el artículo de Arturo Arango titulado Claves para 1968, que analiza el contexto histórico de un "año cumbre para la cultura cubana" —como lo caracteriza el autor— tan contradictorio como tener al mismo tiempo la realización del filme Memorias del subdesarrollo y la celebración del Congreso cultural de La Habana, que asomó los primeros síntomas de lo que posteriormente se conoció como Quinquenio Gris.

Otro artículo a destacar es el de Luciano Castillo Cien años de Ingmar Bergman: sonata en cuatro movimientos, que —a decir del presentador— nos enseña cómo un currículum puede ser convertido en un texto interesante.

También resaltó la segunda parte de la entrevista de Arturo Soto con el realizador cubano Manuel Pérez, donde vuelve a los momentos difíciles de la historia del ICAIC con una mirada no sólo desde el punto de vista personal, sino institucional: cómo este organismo pudo atravesar momentos difíciles y lograr un sentido de unidad con la Revolución.

En la entrevista se expresan juicios valiosos que no se quedan en el pasado y sirven como estímulo para el presente y el futuro, llamando la atención sobre el siguiente: "hay que dejar de un lado la soberbia de unos, desde el poder, y la inmadurez y frivolidad de otros, desde la discrepancia, si queremos llegar a un entendimiento… alguien con lucidez y autoridad tiene que percatarse de que el debate exige recuperar el cauce del entendimiento mutuo, constructivo, creyendo realmente en él, no como una formalidad más, trámite a cumplir, puesta en escena".

Pedro Pablo se refirió a otros artículos interesantes de la revista, como la reflexión de Pedro de la Hoz sobre el aporte musical, la capacidad creadora y la labor docente de Diez Nieto a la cultura cubana, quien merece un libro para contar su historia; la invitación a la lectura que hace Vitalina Alfonso sobre el evento Reading Cuba (Leyendo a Cuba), organizado en la Florida por varias instituciones norteamericanas sobre escritores cubanos de la isla y de la diáspora; el análisis de Jorge Alberto Piñeiro (Jape) sobre el Aquelarre, que merece un apoyo de la crítica para que no pase sin penas ni glorias en el contexto cultural cubano; y la acostumbrada sección de Crítica, dominada en esta ocasión por los libros.

Para finalizar, resaltó en La Gaceta de Cuba el trabajo sistemático que se ha realizado para mantener la importancia del diseño en las publicaciones cubanas, sobre la base de que la forma en que se presentan las revistas es muy importante para que se sume al contenido que se expone, pues en el contexto nacional se ha perdido el material gráfico para atraer al lector.

En esta ocasión, las imágenes de pintores cubanos —como el caso de Romañach para los textos sobre las guerras de independencia— y otras imágenes alegóricas a los temas que se tratan, juegan un papel importante en la presentación del producto artístico que "enamora" a los lectores.

jueves, 25 de octubre de 2018

A debate en el Caracol las controversias y los desafíos de la comunicación pública en Cuba


El programa del Concurso Caracol, que este año arriba a su aniversario 40, se inició en la mañana del miércoles 24 de octubre en la sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC con la conferencia magistral "La comunicación pública en Cuba: controversias y desafíos", impartida por el Dr. Raúl Garcés, Decano de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de La Habana.
Se encontraban presentes el vicepresidente primero de la UNEAC, Luis Morlote; el presidente del ICRT, Alfonso Noya, y un numeroso grupo de periodistas, críticos, guionistas, presentadores y artistas, desde muy conocidos hasta los más jóvenes.
Rosalía Arnáez, presidenta de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la UNEAC —a cargo de la organización del evento—, al hacer la introducción del programa indicó el interés de polemizar sobre el impacto de los medios en la sociedad cubana, justo en un día de celebraciones para la televisión cubana, pues el 24 de octubre de 1950 fue la fecha de inicio de ese medio en nuestro país.
Garcés agradeció la invitación a compartir en ese entorno "un grupo de dudas" que tiene sobre el tema y su visión de los retos para la comunicación en nuestro país, resaltando desde el inicio las oportunidades que tiene Cuba para avanzar en los cambios, sobre todo a partir de que la conceptualización de nuestro modelo reconoce a la comunicación como un "recurso estratégico" en manos de la dirección del estado, sus instituciones y empresas, al servicio de la participación, el debate público y el desarrollo. Igualmente destaca al intercambio de ideas y a las estrategias de comunicación como elementos esenciales para contribuir a la modificación de concepciones y prácticas obsoletas o inmovilistas, las que se presentan como el principal obstáculo para ese cambio de mentalidad al que estamos llamados a todos los niveles.
No quiso pasar por alto los riesgos que implican estos cambios y la necesidad de aprender a articular un poder simbólico fuerte, en el que la "corresponsabilidad" tiene que identificarse como un concepto fundamental, pues las políticas de información no pueden estar en compartimentos estancos y deben desarrollarse como procesos articulados entre todos los elementos que lo componen, desde la altura del liderazgo hasta la ciudadanía.
Identificó tres grandes "tensiones" en el sistema comunicacional de cuya evolución y manera en que sepamos resolver dependerá el éxito que podamos lograr, siempre pasando por un debate social a nivel del gremio profesional.
La primera está relacionada con la concepción "instrumental" de la comunicación —utilizarla como un "apagafuegos" para resolver los problemas a última hora— frente a una concepción como recurso estratégico y transversal al desarrollo. En este aspecto resaltó que la estrategia comunicativa no puede ser a corto plazo y el establecimiento de una agenda pública no funciona con una perspectiva simple, sino teniendo en cuenta los múltiples factores de los que depende y en todos los formatos posibles.
La segunda "tensión" está marcada entre la anticuada concepción excesivamente "mediocéntrica" —dependiendo sólo de los medios tradicionales— frente a una visión reticular, que es propia de la sociedad en red que se desarrolla a nivel mundial. En este tema resaltó que el crecimiento de penetración en la red se ha dado a pasos agigantados en los últimos años, incluso sin depender del desarrollo económico de los países. Esto incluye a Cuba, que en la actualidad es un país mucho más conectado que hace pocos años, a pesar de las quejas que podamos tener por nuestros servicios. Sin embargo, la pregunta es: ¿conectarnos para qué?
Para responderla, se debe pensar en la necesidad de lograr el mayor acceso social posible y garantizar las condiciones para adquirir el conocimiento, además que no basta con tener niveles de conexión cada vez mayores cuando no se tienen claros los conceptos y las estrategias de nuestros líderes de opinión y un proyecto de conexión con el capital humano que se base en las tecnologías, sin trivializar el discurso público.
La tercera de las "tensiones" que identificó se encuentra entre el sistema de medios estatales y un sistema de medios públicos que sea capaz de articular la comunicación en diferentes soportes y formatos. Esta contradicción se percibe como el enfoque centralizador y vertical frente al concepto radial, coordinado y de forma participativa. Para ello señaló como necesaria una ley de comunicación, que regule la importante tarea de establecer las formas de implementar las políticas, y la necesidad de gestionar nuestros problemas de forma transparente, sin temor a la fiscalización de la ciudadanía y sin que el síndrome del secretismo acabe con las buenas intenciones.
Entre los desafíos más importantes indicó la necesidad de lograr una gestión más eficaz de la institucionalidad comunicativa, que trascienda lo estatal para llegar a lo público, sobre la base de un eficiente gobierno electrónico; la compresión de una administración pública actualizada, que se enfoque a una gestión participativa, y garantizar la existencia de una esfera pública que tenga mayor capacidad para representar la diversidad social y conectar las propuestas de los diferentes grupos, que incluya la toma de decisiones a todos los niveles.
La periodista y escritora Soledad Cruz, quien condujo el debate posterior, agradeció la conferencia de Garcés, pues sus palabras siempre fomentan el debate con el que se trata de enriquecer el Concurso Caracol cada año. Durante el amplio intercambio con el público surgieron otros temas igual de importantes y polémicos, como la utilidad de estudiar la experiencia internacional en estos asuntos, sin demonizaciones ni copiar modelos; la necesidad de transmitir nuestros mensajes de forma atractiva, adaptándonos a las características y los lenguajes de cada medio, pareciéndonos a nosotros mismos; la intervención de la crítica especializada en nuestros medios; la necesidad de reflejar francamente nuestras realidades, la autorregulación y la denuncia pública, junto al seguimiento judicial correspondiente; la apertura de las fuentes de información, frente al concepto de "plaza sitiada"; el futuro de los estudiantes de comunicación y su formación ante las nuevas tecnologías; la fundación de un modelo de comunicación socialista, que se convierta en una alternativa viable y eficiente; y, ante las preocupaciones expresadas, la necesidad de resolver un proyecto de país entre todos que se conecte con los proyectos individuales y en el que la población se sienta participante y protagonista en un espacio de libertad.    

lunes, 15 de octubre de 2018

Una Habana bendita en novela de Antonio Arroyo


Imbuido por las celebraciones de la ciudad maravilla y el medio milenio que cumplirá, el actor, filólogo y teatrista Antonio Arroyo presentó en la tarde del lunes 10 de septiembre en la sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC su más reciente novela titulada "Bendita Habana". Aunque es una vieja idea, en la que lleva trabajando muchos años– que ya incluyó una obra musical y un audiovisual –, el resultado literario pudo ser presentado gracias al entusiasta apoyo y trabajo de Artex con su casa de Ediciones Cubanas.
En representación de esta editorial, Tania Vargas hizo la introducción al libro en la que lo calificó de una novela muy difícil, pues logra imbricar dos lenguajes — el de la televisión y el de la literatura— en una Habana como protagonista que transcurre en dos épocas: a principios del siglo XIX, con el Obispo de Espada como centro de atención, y la Cuba actual. Aunque ambos momentos se unen a través de una prenda religiosa, en la lectura se descubren paralelismos que van más allá del tiempo y las épocas.
Resaltó que la crítica la ha señalado como una obra "altamente recomendable", pues sigue una línea argumental donde hay de todo: problemas raciales tratados sin rencor, conflictos familiares y personales, cuestiones sociales, históricas y políticas de dos períodos históricos tan distantes, hasta tratar la actualidad en un estilo que calificó de "realismo limpio", pues no le hace falta regodearse en los aspectos negativos para tratar la realidad más cruda de la Habana contemporánea.
Por su parte, Bárbara Rivero consideró la novela como destacable por representar un momento particular en el discurso literario cubano actual, en el cual quebranta las normas de la composición y llega a un lenguaje conversacional hiperrealista, con un preciosismo extraordinario en la narrativa de los ambientes y la descripción de los personajes históricos.
Sus personajes son verdaderos y el autor logra combinar su lucha por la supervivencia con su confianza en la justicia, luchando contra el racismo y la desigualdad. Así logra un paralelismo en la historia, desde la actualidad hacia La Habana del siglo XIX y las obras del benefactor Obispo Espada."Ha querido revisitar el punto de partida de los ideales que dieron luz a la nacionalidad cubana", indicó, y en la lucha por una vida mejor se trata del "aquí y el ahora de nuestra Bendita Habana", concluyó.
Como parte de la entrega, Antonio Arroyo también presentó el documental que realizara en 2012 sobre Juan José Díaz de Espada, ordenado Obispo de La Habana en los primeros años del siglo XIX – entre 1802 y 1832– que vino a Cuba con afán de renovación, para tratar de llevar la ciudad a lo más moderno de la época.
De la mano de los destacados historiadores Eduardo Torres Cuevas, Eusebio Leal y el Monseñor Carlos Manuel de Céspedes se presenta la imagen de un prelado generoso, adorado por los jóvenes intelectuales de la época, que hizo valer su esfuerzo y su autoridad en función del beneficio de la ciudad.
Destacaron, entre sus más relevantes contribuciones, no solo que se hicieran los enterramientos en camposantos y la inauguración de los primeros cementerios —su legado más conocido, con el Cementerio de Espada—,  sino también la promoción a la investigación científica y el uso de las vacunas contra las viruelas —con el apoyo que le brindó al Dr. Tomás Romay—, el interés por el estudio de la música y de la filosofía —con el soporte brindado al presbítero Félix Varela—, la prédica sin piedad a favor de la supresión del comercio de esclavos, la invitación a pintores famosos del mundo para trabajar en los frescos de la ciudad y la incitación a la creación de una escuela de bellas artes e incluso la implementación de una primera reforma agraria, contra el latifundio y el acaparamiento de tierras.

martes, 4 de septiembre de 2018

Weak Evidence for Microwave Radiation in U.S. Embassy

It's the latest theory—but is it true?
Posted Sep 02, 2018 in Psychology Today
By: Robert Bartholomew Ph.D.
There is a new explanation making the rounds for the mystery illness responsible for sickening 25 U.S. embassy staff in Havana, Cuba, beginning in late 2016: microwave radiation.  On September 1, 2018, the New York Times carried the headline: "Microwave Weapons are Prime Suspect in Ills of U.S. embassy Workers."  Dr. Douglas Smith, one of the lead authors of a recent study of 21 of the affected staff members, told the Times that microwave radiation could be the culprit.  His musings have naturally received significant media attention.  Smith helped to write a recent study on the mysterious illness outbreak in Cuba in the Journal of the American Medical Association.
There's only one problem with the microwave theory: There's very little evidence to support it.  A similar explanation was proposed late last year by James Lin, an Electrical and Computer Engineer at the University of Chicago, who argued that the Cuban illnesses could have been caused by targeted microwave pulses.  The trouble with this hypothesis is that it would require a massive transmitter and the target would have to be right next to the antenna.  It's just not feasible.  Those reporting symptoms were not at the embassy, but in their own homes or in one of two major Havana Hotels.  To target staff in these venues is not only impractical, it doesn't make any sense.             
Curiously, when the JAMA study was published earlier this year, the microwave explanation wasn't even considered.  The researchers claimed that a mysterious energy source had affected the brains of their patients.  The study included phrases like "we must continue to withhold certain sensitive information" and "despite the preliminary nature of the data."  Any time scientists withhold information and ask you to trust them, it is a giant red flag.  Their study was filled with flaws and made claims that were not supported by the data.  That they began their study by stating matter-of-factly that their purpose was "To describe the neurological manifestations that followed exposure to an unknown energy source," tells you all you need to know.  This statement demonstrates from the onset, a lack of scientific rigor.  When you take away the dubious claims of white matter track changes (which are common in everything depression to normal aging) and concussion-like symptoms (for which there was no clear evidence), we are left with a classic outbreak of mass psychogenic illness.
Spread to China
Earlier this year there were claims of a similar 'acoustical attack' in China.  The Chinese twist makes the likelihood of some type the of attack even more improbable.  The manner in which the State Department responded to the new attack claims was quite sensational and unnecessarily alarmist; it issued an alert based on vague symptoms (dizziness, headache) from just two diplomats in Guangzhou.  Apart from ambiguous stomach pain, these two symptoms have to be among the two most common medical complaints in the world.  The State Department's mishandling this case is a recipe for what I call 'The Sonic Attack Scare' (or if you like, 'The Microwave Panic') spreading even further.  The U.S. has nearly 300 physical embassies, consulates and diplomatic missions around the world with thousands of employees, everywhere from Afghanistan to Zimbabwe, all with staff who are now on the lookout for strange sounds and vague feelings of illness.  This is a classic mass hysteria setup.  The groundwork has been laid for future "attacks" via mass suggestion.  As a result, this saga seems destined to continue with no end in sight.
Here's the bottom line:  It's all well and good to speculate but show us some evidence.  So far, it's not there, so I am going with Occam's Razor: The simplest explanation is the most likely. In this case, the most plausible explanation that is grounded in mainstream science is mass psychogenic illness.  Not long ago, the prestigious science journal Nature published an article by Sharon Weinberger reviewing the progress in the development of microwave weapons.  Titled, "Microwave Weapons: Wasted Energy," it concluded that "Despite 50 years of research on high-powered microwaves, the U.S. military has yet to produce a usable weapon."  Ouch!  A piece of advice: Stick with mainstream science and the known, before speculating about exotic, far-fetched explanations, and the unknown.
References
Bartholomew, Robert E., and Perez, Dionisio F. Zaldivar (2018). "Chasing Ghosts in Cuba: Is Mass Psychogenic Illness Masquerading as an Acoustical Attack?" The International Journal of Social Psychiatry 64(5):413-416.
Bartholomew, Robert E. (2018). "Neurological Symptoms in US Government Personnel in Cuba." Letter.  Journal of the American Medical Association 320(6): 602 (August 14). 320(6): 602 (August 14).
Bartholomew, Robert E., and Perez, Dionisio F. Zaldivar (2018). "Sonic Attack Claims Stir Controversy in the United States." Op Ed. Swiss Medical Weekly, February 23: 1-2.

viernes, 24 de agosto de 2018

El lenguaje es política

Ridiculizar el lenguaje no sexista es una forma grotesca de defender una posición de poder
Hablar de lenguaje no sexista levanta ampollas que nada tienen que ver con las palabras, la gramática o la lingüística y mucho con el poder y la política. El lenguaje es ideología, representa una sociedad y una cultura y, por supuesto, representa un poder. Renunciar al lenguaje sexista es renunciar a continuar ejerciendo el poder. Y ahí es donde encontramos la resistencia numantina de quien custodia el sistema patriarcal. No defiende el lenguaje. Está defendiendo una ideología y estamos hablando de política por mucho que nos quieran hacer ver otra cosa. Hablemos claro, el corporativismo masculino está defendiendo la mirada androcéntrica, patriarcal y machista que los sitúa, a ellos —porque mayoritariamente son hombres— en el centro del poder.
La lengua, y con ella el lenguaje, evoluciona de acuerdo a las necesidades de cada época. Tiene la capacidad de reflejar la realidad y también de ayudar a construirla. Por ello mismo, necesita adaptarse a los cambios y si no lo hiciera seríamos incapaces de comunicarnos. Aún estaríamos hablando de abarrir en vez de destruir; de dolioso en vez de dolorido o de hisopo en vez de húmedo, o de darve, citerior, gumía o zacatín, por poner unos ejemplos. ¿Quién nos entendería? Nadie, o quizás sólo las personas que ocupan los sillones de la Real Academia Española. Parece que hay paladines de la lengua que no quieren admitir la capacidad de renovación, evolución y adaptación que lleva implícita cualquier lengua. Peor aún, defienden la inmovilidad como un valor en positivo en vez de una debilidad manifiesta y contraria a la esencia de toda lengua.
Ya somos muchas las que no nos sentimos incluidas en el masculino gramatical
Y en esta defensa nos encontramos periódicamente con campañas agresivas y absurdas que usan falacias y ataques furibundos para ridiculizar los argumentos de quienes defendemos el lenguaje no sexista. Nos dicen que el genérico masculino, en tanto que género no marcado, es inclusivo del femenino. Pues les decimos que no, que no lo incluye ni lo pretende. El masculino a veces es específico y a veces genérico. Requiere de un esfuerzo para entender cuando incluye a unos y otras o solo a unos, e incluso sólo a unas. Ya somos muchas las mujeres —y algunos hombres— que no nos sentimos incluidas —así, con a— en este masculino gramatical. Entendemos que este masculino es, sencillamente, un instrumento para invisibilizar, silenciar y menospreciar a las mujeres y así perpetuar un patriarcado que no nos quiere con voz, ni en el espacio público, ni en la toma de decisiones. Esta es la verdadera intención que subyace en el mal llamado masculino genérico.
Y si vamos de las falacias argumentativas a los ejemplos concretos, la situación llega al ridículo cuando se satirizan las formas dobles. Volvemos a repetirlo, no estamos a favor del uso indiscriminado de las formas dobles; ni tampoco queremos hablar de cebros y cebras; de jirafas y jirafos o de señoro y periodisto, ni estamos en contra de la economía del lenguaje, a la que defendemos con ahínco desde el periodismo. Pero sabemos que el lenguaje tiene múltiples recursos para expresar la realidad sin necesidad de señalar el sexo o de recurrir a las formas dobles, que dicho de pasada, se hacen servir con más frecuencia de lo que parece y nadie se sorprende cuando se dice "señoras y señores". Podemos utilizar genéricos, nombres abstractos y epicenos; substituir el nombre por un pronombre; utilizar determinantes sin marca de género; elidir el sujeto; eliminar el artículo… y así hasta una infinidad de mecanismos que determinados lingüistas y académicos —con o— parecen ignorar.
Esto, señores, es lo que hacemos, y ridiculizar la propuesta feminista de lenguaje no sexista es una forma perversa y grotesca de defender una posición que, se diría, no tiene argumentos. Ustedes lo saben bien. No estamos hablando de lenguaje, hablamos de ideología y de política. Porque a través de la lengua nos construimos, nos socializamos e interpretamos el mundo. Si las mujeres no aparecemos ¿dónde estamos? Ocultas, silenciadas, en casa. Como nos quiere el patriarcado. Así que, señores, no es que confundamos la gramática con el machismo, es que el uso académico de la lengua, que no ella, es machista, y en consecuencia el lenguaje, entendido como la capacidad humana que conforma el pensamiento, perpetúa este machismo. Y, sí, el lenguaje no sexista es un arma ideológica y política capaz de reflejar otra realidad y contribuir a la destrucción del poder patriarcal. Y claro, esto duele. Lo sabemos.
Isabel Muntané es periodista y codirectora del máster Género y Comunicación (UAB).

Scientists doubt alleged “sonic attacks”

August 23, 2018
WASHINGTON, DC – Since late 2016 until recently, staff of the U.S. embassy in Havana (including some who were reportedly part of the local CIA station / https://www.thenation.com/article/what-the-us-government-is-not-telling-you-about-those-sonic-attacks-in-cuba/) began to complain of a broad range of symptoms, including headaches, hearing loss, vertigo, insomnia, weakness, fatigue, memory problems, loss of concentration and others. They associated these symptoms to noises of uncertain description and origin, which were dubbed by the U.S. government as "sonic attacks," a name that was enthusiastically adopted by the media. A few Canadian diplomats and some routine travelers to Cuba have also since been reported to have experienced similar symptoms.  
Without any proof, the Trump administration alleged that Cuba was behind the "attacks," although, in the face of growing evidence against such a theory, it has since traded the "attack" term for the accusation that Cuba has "failed to protect" U.S. diplomatic personnel. The Cuban government has vehemently denied it; and it is hard to imagine that Cuba would take such foolish steps to endanger the fragile gains of the change in Cuba policy under the Obama administration. In any event, the matter rapidly escalated to a confrontation between the two countries.  
The U.S. unilaterally withdrew much of its personnel from the embassy in Havana, expelled most Cubans form their embassy in Washington, and later issued a travel alert warning of the "dangers" of travel to Cuba. These measures, along with other restrictions imposed by the Trump administration, have seriously damaged the modest improvement in relations implemented by the Obama administration, especially but not only the routine consular activities necessary for travel between the two countries.
The cause of these reported health complaints remained a mystery, at least apparently until the administration commissioned a study of the affected individuals by a group of experts based at the University of Pennsylvania (https://jamanetwork.com/journals/jama/article-abstract/2673168). Their high-profile study, published in March of this year in the prestigious Journal of the American Medical Association, alleged that the symptoms were neurological problems akin to mild concussions, without evidence of impacts or other brain injury, even postulating a possible new syndrome that required further research. They did not put forward an explanation for the cause or the mechanism of the reported health effects, and the report was accompanied by a commentary and an editorial that highlighted numerous shortcomings of its underlying science.
Most importantly, however, the study discounted the possibility that the health complaints could be explained as a mass psychogenic episode (an episode of psychological origin). These are events that occur when a group of closely related individuals under stress—as was the case of the U.S. embassy personnel—manifest a group of apparently unrelated symptoms of unknown cause, including those reported from Havana.  
The term "mass hysteria" has also been commonly used to describe this phenomenon, but it is emotionally-charged and very misleading: it suggests that the individuals involved are "crazy" or are faking the symptoms. That is not the case. In true psychogenic episodes the symptoms experienced by the individuals are real, and they come about because of as yet poorly understood relationships between the brain and other body systems. It can happen to any of us.  
But the story hardly ends there. As early as January of this year, Robert E. Bartholomew, PhD, an expert on psychogenic illnesses, forcefully challenged the congressional testimony of the State Department's medical director, who rejected a psychological cause. Bartholomew, who described reading the testimony "in stunned disbelief," elegantly described how the incident fit perfectly the characteristics of a mass psychogenic episode (https://www.psychologytoday.com/us/blog/its-catching/201801/sonic-attack-not-mass-hysteria-says-top-doc-hes-wrong). "If these same symptoms were reported among a group of factory workers….you would get a very different diagnosis, and there would be no consideration to a sonic weapon hypothesis." Indeed, I have been witness to more than one such episode in industrial environments in my long career evaluating workplace health hazards.
And there is more.  
In a letter to the Guardian in June of 2018, a group of 15 experts from the U.S., UK, Germany and Cuba wrote—in reference to the Pennsylvania study—that the "work is deeply flawed, and does nothing to support the attack theory." (https://www.theguardian.com/world/2018/jun/01/cuba-sonic-attack-conspiracy-theories-and-flawed-science).  
Two other experts, in yet another article (https://thepsychologist.bps.org.uk/volume-31/july-2018/neuropsychological-impairments-everybody-has) which was later published as a letter in the Journal of Neurology—showed that the method of analysis of the Pennsylvania study sponsored by the State Department used a "pseudo-scientific approach." They concluded that "it is hard to understand how claims like this….could pass any meaningful peer-review process." A critique as harsh as this is seldom seen in such a serious scientific journal.  
And last but not least, ten scientists recently published four scathingly critical letters in the very Journal of the American Medical Association in which the results of the Pennsylvania study originally appeared (https://www.buzzfeednews.com/article/emilytamkin/jama-letters-criticism-sonic-attacks-study-pennsylvania). The scientists include those mentioned above, plus others from several countries and prestigious academic institutions. They point in their letters to the multiple scientific flaws of both the methods and conclusions of the Pennsylvania study, which are far too numerous to try to summarize here.
So where does this "mystery" stand today? For one, it seems certain that the Pennsylvania study was deeply flawed, and that psychogenic factors—if not the sole cause of the episode–certainly played an important part. But perhaps the best statement of where things stand can be found in the words of the group of fifteen scientists mentioned above, who also wrote that "we hope that sober and calmer heads will prevail in de-escalating this frenzy, avoiding a chill in both diplomatic relations and scientific collaboration between the U.S. and Cuba." (https://www.theguardian.com/world/2018/jun/01/cuba-sonic-attack-conspiracy-theories-and-flawed-science).  
Manuel  R. Gómez, DrPH, MS, CIH has an undergraduate degree from Harvard in Biochemistry, a master's in Environmental Health from Hunter College, and a doctorate in Public Health from Johns Hopkins.  He has been an expert in occupational and environmental health for more than three decades, evaluating chemical and physical hazards on workplace environments.

Los científicos dudan de los supuestos “ataques sónicos”

Agosto 22, 2018
WASHINGTON, DC – Desde fines de 2016 hasta hace poco, el personal de la embajada de Estados Unidos en La Habana (incluidos algunos que, según informes, formaban parte de la estación local de la CIA) comenzó a quejarse de una amplia gama de síntomas, incluyendo dolores de cabeza, pérdida de audición, vértigo, insomnio, debilidad, fatiga, problemas de memoria, pérdida de concentración y otros. Estos ruidos fueron asociados a  ruidos de descripción y origen inciertos que el gobierno de Estados Unidos denominó "ataques sónicos", un nombre adoptado con entusiasmo por los medios de comunicación. También se ha informado que algunos diplomáticos canadienses y algunos viajeros casuales a Cuba han experimentado síntomas similares.
Sin ninguna prueba, la administración Trump alegó que Cuba estaba detrás de los "ataques", aunque, a pesar de la creciente evidencia contra tal teoría, desde entonces ha cambiado el término "ataque" por la acusación de que Cuba "no protegió" al personal diplomático de  Estados Unidos El gobierno cubano lo ha negado con vehemencia; y es difícil imaginar que Cuba tomaría medidas tan tontas para poner en peligro los frágiles logros del cambio en la política hacia Cuba bajo la administración Obama. En cualquier caso, el asunto rápidamente escaló hasta un enfrentamiento entre los dos países.
Estados Unidos retiró unilateralmente a gran parte de su personal de la embajada en La Habana, expulsó a la mayoría de los cubanos de su embajada en Washington y luego emitió una alerta de viaje advirtiendo de los "peligros" de viajar a Cuba. Estas medidas, junto con otras restricciones impuestas por la administración Trump, han dañado seriamente la modesta mejora en las relaciones implementadas por la administración Obama, en especial, pero no solo, las actividades consulares rutinarias necesarias para viajar entre los dos países.
La causa de estas denuncias de problemas de salud siguió siendo un misterio, al menos aparentemente, hasta que la administración encargó a un grupo de expertos con sede en la Universidad de Pensilvania un estudio de las personas afectadas.
Ese estudio de alto perfil, publicado en marzo de este año en el prestigioso Journal of the American Medical Association, alegó que los síntomas eran problemas neurológicos similares a conmociones cerebrales leves, sin evidencia de impactos u otra lesión cerebral, incluso postulando un posible nuevo síndrome que requeriría de mayor investigación. No presentaron una explicación de la causa o el mecanismo de los efectos informados sobre la salud.  El informe fue acompañado por un comentario y un editorial que puso de relieve las numerosas deficiencias de la ciencia subyacente.
Sin embargo, lo más importante es que el estudio descartó la posibilidad de que las quejas acerca de la salud se pudieran explicar como un episodio psicogénico de masa (un episodio de origen psicológico). Estos son eventos que ocurren cuando un grupo de personas estrechamente relacionadas bajo estrés —como fue el caso del personal de la embajada de Estados Unidos— manifiesta un grupo de síntomas aparentemente no relacionados y de causa desconocida, incluidos los reportados desde La Habana.

El término "histeria colectiva" también se ha usado comúnmente para describir este fenómeno, pero tiene una carga emocional y es muy engañoso: sugiere que los individuos involucrados están "locos" o que están fingiendo los síntomas. Ese no es el caso. En los episodios psicógenos verdaderos, los síntomas experimentados por los individuos son reales y se producen debido a las relaciones todavía poco conocidas entre el cerebro y otros sistemas del cuerpo. Puede sucederle a cualquiera.
Pero la historia difícilmente termina ahí. Ya en enero de este año, el doctor Robert E. Bartholomew, un experto en enfermedades psicogénicas, desafió enérgicamente el testimonio ante el Congreso del director médico del Departamento de Estado, quien rechazó una causa psicológica. Bartholomew, quien describió haber leído el testimonio "con asombro e incredulidad", describió con elegancia cómo el incidente se ajustaba a la perfección a las características de un episodio psicogénico masivo.
"Si estos mismos síntomas hubieran sido reportados entre un grupo de obreros fabriles… se obtendría un diagnóstico muy diferente, y no se consideraría la hipótesis de un arma sónica". Es más, he sido testigo de más de un episodio de este tipo en entornos industriales en mi larga carrera evaluando los riesgos para la salud en el lugar de trabajo.
Y hay más.
En una carta a The Guardian en junio de 2018, un grupo de 15 expertos de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Cuba escribieron —en referencia al estudio de Pensilvania— que "el trabajo es profundamente defectuoso y no hace nada para apoyar la teoría del ataque".
Otros dos expertos, en un artículo adicional que se publicó más tarde como una carta en el Journal of Neurology, demostraron que el método de análisis del estudio de Pennsylvania patrocinado por el Departamento de Estado utilizó un "enfoque pseudocientífico". Llegaron a la conclusión de que "es difícil entender que reclamos como este… podría pasar cualquier significativo proceso de revisión por otros expertos". Una crítica tan dura como esta rara vez se ve en una publicación científica tan seria.
Y por último, pero no menos importante, recientemente diez científicos publicaron cuatro cartas mordaces y críticas en el propio Journal of the American Medical Association en el que aparecieron originalmente los resultados del estudio de Pensilvania. Los científicos incluyen a los mencionados anteriormente, más otros de varios países e instituciones académicas de prestigio. Señalan en sus cartas los múltiples defectos científicos de los métodos y las conclusiones del estudio de Pensilvania, que son demasiado numerosos como para tratar de resumirlos aquí.
Entonces, ¿en qué plano se encuentra hoy este "misterio"? Por un lado, parece cierto que el estudio de Pensilvania fue profundamente defectuoso, y que los factores psicogénicos, si no fueron la única causa del episodio, ciertamente desempeñaron un papel importante. Pero quizás la mejor declaración de dónde están las cosas se pueda encontrar en las palabras del grupo de 15 científicos mencionados anteriormente, que también escribieron: "esperamos que mentes sobrias y más calmadas prevalezcan en el desescalamiento de este frenesí, y que eviten un congelamiento tanto en las relaciones diplomáticas como en la colaboración científica entre Estados Unidos y Cuba".
Manuel R. Gómez, PHD, MS, CIH tiene una licenciatura en Bioquímica de Harvard, una  maestría en Salud Ambiental del Hunter College y un doctorado en Salud Pública de Johns Hopkins. Ha sido un experto en salud ocupacional y ambiental durante más de tres décadas, evaluando los peligros químicos y físicos en los entornos de trabajo.
Traducción de Germán Piniella para Progreso Semanal

viernes, 3 de agosto de 2018

A Revolution Within the Revolution: Cuba Opens to Same-Sex Marriages

A new constitution under discussion is a necessary reform that can set an example in L.G.B.T. rights.
The New York Times, Aug. 3, 2018
By Rubén Gallo
Mr. Gallo is a Mexican scholar who has written extensively about Cuban culture and society. He lives in Havana, Paris and Princeton, N.J.
PARIS — "I want to go there before things change" is a phrase I hear often from friends considering a trip to Cuba. But change has been underway for over a decade, from the day Raúl Castro became president after his brother Fidel fell ill in 2006. Since then, private property and self-employment have been legalized; tourism has boomed, benefiting thousands of Cubans who rent out rooms or serve meals in their apartments; and a lively art scene has sprouted in Havana, where artist-run spaces host exhibitions and lectures.
Reforms have been slow and gradual, but they have added up over the years and have transformed the country: The economic despair of the 1990s, when the collapse of the Soviet Union and the loss of its aid plunged the country into the worst recession in its history, has been left behind, and many Cubans, especially those who are self-employed, now enjoy a modest prosperity. Cuba is now a very different country than it was in 2006. To acknowledge these changes, former president Raúl Castro supported the constitutional change. The Cuban legislature approved a draft in July, and it will now be submitted to a national referendum.
A new constitution is much needed; the current version, written under Soviet tutelage, dates from 1976 and sets "building a Communist society" as the nation's main goal. The new version eliminates this phrase, though it continues to define the country as a "socialist state governed by the rule of law."
There are other substantial innovations: It legalizes private property and introduces a juridical framework for foreign investment. While Cubans have been allowed to buy and sell their primary residence since 2011, the new text recognizes "private" and "personal" among other forms of property, including "socialist, belonging to the people," "cooperatives" and "mixed." It also creates the position of prime minister, who will share power with the president. Other clauses, more attuned to 21st-century problems, affirm Cuba's respect for international law, repudiate terrorism, condemn nuclear proliferation and ban the use of the internet to destabilize sovereign nations. An article on environmental protection emphasizes the need to fight global warming.
Out of all of the projected constitutional reforms, one has provoked intense debate: the proposal to legalize same-sex marriage. It was introduced by Mariela Castro, a daughter of Raúl Castro who, as director of the National Center for Sex Education, or Cenesex, has become a staunch defender of the rights of lesbian, gay, bisexual and transgender individuals — in Cuba, the preferred term is "trans." Her proposal was adopted by her fellow lawmakers in the National Assembly — where she also serves as a representative — but has met with opposition from conservative groups, especially evangelical Christians, who have gained influence since religious freedoms were expanded in the 1990s. In recent weeks, five evangelical churches released a joint statement opposing the proposal, prompting protests by L.G.B.T. activists.
It is widely expected that the draft constitution will be approved in the coming months, making Cuba one of the most progressive nations in the Americas in its protection of L.G.B.T. rights. The country has come a long way since the 1970s, when, as in other socialist countries, gay men were routinely harassed, barred from government jobs and even sent for re-education at labor camps. Many gay Cubans were forced into exile in the 1970s, and one of them, the novelist Reinaldo Arenas, wrote "Before Night Falls," a chilling memoir of the repression he suffered before leaving in the 1980 Mariel boatlift.
The repression of gay men caused international outrage and eventually stopped. By the 1990s, Cuba began to reflect on its treatment of L.G.B.T. citizens. In 2010, Fidel Castro recognized that an injustice had been done to gays in Cuba and admitted his own responsibility in a widely publicized interview. But it was not until Mariela Castro was appointed director of Cenesex that a radical change in Cuban society began to take place: In part thanks to her initiatives, the government funded campaigns to fight homophobia and transphobia, started educational programs aimed at the prevention of H.I.V. and AIDS and, in what is surely a first in the history of homosexuality, opened gay cabarets and discothèques and even a beach. Today, Cuba is the only country in the world where the state owns and operates gay bars, some of them livelier than similar, privately owned locales in New York or London.
These days Cuba is one of the most tolerant societies in the world when it comes to sexual difference. During a recent afternoon visit to Coppelia, a popular ice-cream parlor in Havana, I saw a group of trans friends, dressed to the hilt in tight miniskirts and high heels, casually sharing tables with families, heterosexual couples and schoolchildren. The country's official gay-friendly policy has also made it a popular destinationfor L.G.B.T. travelers. Over the years I have met dozens of older European gay men who have bought property and settled permanently in the capital, many of whom can be seen on weekend nights sitting in the park on 25th Street in Vedado, socializing with Cubans. This newfound tolerance is one of the surprising results of the current transition, in which elements of the socialist past — like the rejection of religion, especially in attitudes toward sexuality — coexist with a new cosmopolitanism.
Critics of the government argue that the increased protection of sexual minorities must be considered in the larger context of freedom of expression, where Cuba lags behind most of Latin American, and peaceful activists are routinely harassed and even imprisoned for voicing their discontent with the system.
Just a few weeks ago, several artists were arrested after protesting, on the steps of the Havana Capitol, against a recent law requiring artists to secure government permission for all performances and against penalties for works that use pornography or violence or that denigrate "the nation's symbols."
It is true that much work remains in terms of civil and cultural rights, but one should not forget how much Cuba has changed since those dark years in the 1970s: Today, artists and writers use the internet and other alternative forums to participate in debates — including weighing the pros and cons of the new constitution and the proposal to legalize same-sex marriage — that would have been unimaginable even a decade ago.
The proposed constitution is a welcome and necessary reform, one that will introduce a legal framework to guarantee the permanence of the many achievements that Cuban society has attained in the past decades.
Cuba could capitalize on the progress it has made over the years. It could export its innovative approaches to L.G.B.T. rights and sex education in the same way that, earlier, it disseminated its revolutionary ideology through the use of culture. With a bit of creativity, Cenesex could do the same with its magazine, devoted to gender and sexuality issues. If in the 20th-century Cuba was a model for leftist governments from Chile to Algeria, in the 21st it could be an example for lawmakers seeking to make their countries more livable for their L.G.B.T. citizens.
The next time I hear a friend say, "I want to go to Cuba before things change," my response will be: "Things have already changed, but that is precisely why you should go: to see the new Cuba. And if you hurry up, you might even get to see the first same-sex marriage on the island."
Rubén Gallo is a professor at Princeton University and the author, most recently, of "Teoría y Práctica de La Habana," a memoir of life in Cuba during the current transition.
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Mr. Gallo is a Mexican scholar who has written extensively about Cuban culture and society. He lives in Havana, Paris and Princeton, N.J. 

lunes, 30 de julio de 2018

El Moncada fue una rebelión contra las oligarquías y los dogmas revolucionarios

El aniversario 65 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes fue conmemorado por la Asociación de Escritores en la sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC, durante la mañana del 23 de julio, con un panel titulado "El 26 de julio en el pensamiento de Fidel y del Ché". El historiador Luis Suárez, quien moderó la mesa, resaltó que no se pretendía abundar en las discusiones historiográficas, sino particularizar en la mirada de estas dos grandes personalidades de la revolución cubana sobre esos acontecimientos y su significado histórico.
El inicio estuvo a cargo del historiador Jorge Renato Ibarra, quien ofreció un bosquejo histórico de la crisis institucional en Cuba durante los años 1950, antecedente importante para la conformación de un impulso revolucionario en el país. 
Entre otros elementos, destacó la descomposición de los partidos políticos y el aumento de la corrupción, el "gangsterismo" como método de chantaje político, la desviación del uso de los fondos que permitieron las llamadas "botellas", etc. En ese contexto, surge el Partido Ortodoxo - tras la fragmentación del Partido Auténtico - con el liderazgo de Eduardo Chibás, quien desarrolló una aguda crítica a la corruptela y por el adecentamiento público.
Ante la inminente victoria del Partido Ortodoxo en las elecciones de 1952, el golpe de estado de Batista del 10 de marzo significó la descomposición del sistema institucional democrático y el fin de las garantías públicas. Aunque no hubo una convocatoria a la resistencia popular, ni de lucha activa, se inició una etapa de conspiración y resistencia popular en la que Fidel Castro y otros de su generación —tras el fracaso de la expedición de cayo Confite— se convencieron de que la única forma de derrocar a la dictadura era por las armas. En ese contexto surge el plan del Moncada y del Carlos Manuel de Céspedes, que fue el inicio de una nueva gesta por la verdadera independencia de Cuba.
En ese contexto, Luis Suárez resaltó que muchas fuerzas dispersas en el entorno sociales fueron agrupando para la acción armada, que se conformó como parte de una arquitectura conspirativa apasionante - encabezada por Fidel - que le dio al líder una estatura como dirigente nacional y un reconocimiento general.
La vicepresidenta de la Academia de Ciencias de Cuba, Olga Fernández Ríos, particularizó precisamente en las reflexiones posteriores que hizo Fidel sobre las acciones del 26 de julio, destacando su discurso de 1973, en la celebración de su XX aniversario. Recordó que Fidel estuvo analizando sobre el tema casi hasta los últimos días de su vida, pero fue en ese momento cuando expresó con mayor claridad sus ideas y la importancia que tuvo en la lucha revolucionaria posterior.
En ese discurso sistematiza y fundamenta las bases estratégicas, ideológicas y políticas, de la revolución cubana y la urgencia que tenían ante sí aquellos jóvenes para crear el movimiento. Cuando otros se preguntaban quién era el autor intelectual de esas acciones, en el complejo contexto social cubano, Fidel señaló a Martí como la guía inspiradora y fundamenta sus razones, con un análisis histórico desde los inicios de la lucha por la independencia.
Igualmente, en el referido discurso Fidel parte de un análisis profundo de lo que aportó el marxismo y el vínculo que tuvo para sentar las bases de la elaboración de la estrategia revolucionaria. Era necesario entonces tomar en cuenta el entorno geopolítico de la Cuba de aquel momento, el concepto de la sociedad dividida en clases y la alianza entre ellas, el papel de las masas y el papel del estado tras la toma del poder político. 
Se destaca, sobre todo, el concepto de pueblo en la gesta revolucionaria, la interrelación entre movimientos y partidos, el sujeto plural para llevar adelante la lucha. Esta idea, desarrollada desde el inicio, entraba en contradicción con el concepto de entonces que tenía la internacional comunista, lo que provocó no pocas contradicciones con el Partido Socialista Popular (PSP-comunista).
Sin embargo, Fidel reconoció en 1975 los fundamentos del marxismo en la organización de la táctica y la estrategia revolucionaria, sobre todo en lo relacionado con la importancia de la toma del poder político y el papel de la lucha de clases que desataría la lucha. 
Olga Fernández indicó que sería injusto obviar estos análisis hechos por el propio Fidel, pues no hay movimiento revolucionario sin aportes a la teoría de la revolución social. Para el mismo líder, el Moncada fue el punto de llegada de las condiciones objetivas y el punto de partida para crear las subjetivas y lanzar la estrategia revolucionaria.
Como dijo la heroína Aydee Santamaría: el Moncada les reveló que el problema no era derrocar a un hombre, sino cambiar el sistema; pero si no se hubiera ido a derrocar al hombre, no se hubiera tomado conciencia de la necesidad de cambiar el sistema.
Luis Suárez resaltó el razonamiento de Fidel en el que se señala al pueblo como sujeto y, a partir de las condiciones en la sociedad cubana, incluir todos sus componentes. Es un análisis de creación en el que incluye a la clase obrera, pero no lo reduce a ella ni a la alianza obrero-campesina, y en donde lo subjetivo adquiere un papel activo y dinámico.
Por su parte, el historiador Jesús Arboleya - el último orador del panel – profundizó en la influencia del Moncada en el pensamiento del Ché, quien expresó claramente en su Diario de la Guerrilla en Bolivia que ese acontecimiento histórico "fue un asalto contra la oligarquía y contra el dogma revolucionario".
Destacó que esa fue la última de sus referencias al respecto y vale destacar que, en medio de su difícil situación en la selva boliviana, rodeado del ejército enemigo, fue capaz de encontrar espacio para reflexionar en la importancia estratégica del Moncada para el futuro de la lucha. Por una parte, fue una acción contra la oligarquía como fuerza matriz del sistema de dominación imperante; por la otra, rompe con un concepto del movimiento comunista de la época que, alejado del sentido popular, hubiera llevado a la asfixia del proceso revolucionario.
Arboleya indicó que Fidel fue capaz de integrar el pensamiento anterior —entre ellos los de Mella y Guiteras— para darle esencia de masas a la lucha armada, en una decisión anti dogmática que debe ser objeto de análisis revisitado por las ciencias sociales. El Ché, desde el momento mismo de su incorporación a la lucha cubana, vio en el Moncada su revolución: la vivió, la estudió y se comprometió con ella. "No sólo vio la bravura, sino la estrategia", reafirmó.
Luis Suárez coincidió en que la estrategia de Fidel rompió con varios dogmas establecidos en la época para la lucha revolucionaria: el supuesto papel determinante del ejército en la revolución —que los cambios podían hacerse con el ejército o sin el ejército, pero nunca contra el ejército— y el concepto de realizar una primera etapa "popular, democrática y antimperialista", bajo el liderazgo del partido comunista como vanguardia del proceso.
Además, la historia no debe ser vista en el contexto nacional, sino como parte de la situación latinoamericana: lo que había sucedido en Guatemala con Arbenz, en Argentina con Perón, el Bogotazo de Colombia, en la que el propio Fidel participó.
En este sentido, Olga Fernández insistió que el tema del partido amerita más reflexión, desde la perspectiva de tomar el poder político y construir un partido para dirigir la revolución, sobre la base de la unidad de todas las fuerzas y la organización de la lucha.
Recalcó que la teoría es fundamental, pero hay que saber manejar la táctica y la estrategia. Fidel fue un maestro en ello y, aunque su obra está dispersa, es un pensamiento muy abarcador con una enseñanza importante en la simbiosis con el Partido Revolucionario Cubano, que redefine como elemento esencial la unidad, sin desplazar a ninguna de las fuerzas que podían aportar a la lucha.