lunes, 7 de mayo de 2018

Marx: más vivo que nunca en su 200 cumpleaños




En la mañana del sábado 5 de mayo, justo cuando se cumplieron los 200 años del nacimiento del trascendental filósofo Carlos Marx, la Asociación de Escritores organizó una celebración en su homenaje en la sala Rubén Martínez Villena la UNEAC. La introducción estuvo a cargo del vicepresidente de la organización, Pedro de la Hoz, quien resaltó —ante una sala repleta de intelectuales y artistas—la importancia de la conmemoración, pues Marx está "más vivo que nunca" en su bicentenario.

La velada comenzó con varios audiovisuales preparados por Cinesoft, la casa productora del Ministerio de Educación, que recrearon los poemas de Marx, los escritos de su esposa —la aristócrata alemana Jenny vonWestphalen—, otros detalles de su vida y de su obra, realizados a partir del texto del libro "Moro, el gran aguafiestas", publicado por Paquita de Armas a principios de la década de 1990.

El director de Cinesoft, Iván Barreto, explicó que este trabajo forma parte de un complemento preparado para la formación audiovisual de los maestros, a todos los niveles de la enseñanza. En el Ministerio de Educación consideraron de gran importancia incorporar la vida de Marx a la formación de los educandos y utilizaron el libro de Paquita al encontrar en él un Marx cercano, más humano, para una mejor comprensión de los estudiantes cubanos.

Paquita de Armas presentó el panel, que contó además con la presencia del escritor Víctor Fowler y Enrique Ubieta, director de la revista Cuba Socialista. Isabel Monal, quien no pudo asistir a la celebración por estar en el exterior, envió un texto enel quedestacó la figura de Marx como "el guía insustituible", pues todos aquellos que buscan la emancipación del ser humano en el mundo encuentran en él su camino.

Víctor Fowler señaló que esta celebración se concibió como la primera de una serie de actividades, tanto en la sede nacional de la UNEAC como en provincias, que respondan a la pregunta "¿Para qué sirve Marx ahora?". Más que todo, se trata de una provocación sobre un enigma, pues existen pocos pensadores en el mundo que han provocado tanto alineamiento y, con habérsele declarado como el personaje del milenio —por encima de tantos filósofos desde entonces—, ha demostrado su trascendencia.

Resaltó que Marx obliga a repensarlo todo: la política, los partidos políticos, las revoluciones, los movimientos sociales; "al creer en el Marx que enseña que la realidad puede y debe ser transformada, para desalinear al individuo, entramos en una gran batalla cultural frente a la derecha y las teorías de la posmodernidad", indicó.

Pensar en ello nos conduce a la contradicción dialéctica entre las luchas individuales y la emancipación general, el problema económico de la desigualdad y el nuevo pensamiento antidogmático. Si nos enseñó que no debemos sucumbir ante ningún dogma, significa dudar de todo, hasta del propio marxismo. Y precisamente es lo que tenemos que hacer hoy: "recuperar y repensar las herencias, abrir las puertas del conocimiento a los teóricos del presente", concluyó.

Por su parte, Ubieta destacó a Marx como hombre de pensamiento y de acción, pero desde una perspectiva no tradicional, no entendiéndolo como un agitador público, sino como alguien que logró convertir la teoría en un proceso activo de transformación social. De ahí que su legado esté vivo, sobre todo en Cuba, que lo tiene entre sus fuentes teóricas más importantes.

Lo calificó como "titán del pensamiento", pues no es posible entender lo que sucede hoy en el mundo —predominantemente capitalista— sin entender su legado. Criticó a quienes han valorado que, con la caída del campo socialista, cayó una teoría, porque lo que se derrumbó fue una realidad concreta y la lucha contra las injusticias sociales sigue presente en el mundo actual.

Para acabar con ellas hace falta construir una cultura socialista, que se oponga a la capitalista, que sea anticonsumista y revolucionaria, lo que sigue siendo una contracultura incluso en países como Cuba. Ese cambio requiere de un apoyo económico y de una transformación en los paradigmas, un cambio del sentido de la felicidad individual y colectiva.

Valoró que los procesos de cambio económico y cultural deben ir en paralelo, aunque la economía es la base, no necesariamente se expresa en una relación directa. Hace falta una economía que respalde esa cultura, pues la clase dominante en el mundo actual es la burguesía y la cultura hegemónica responde a ella. En ese contexto, consideró que el factor solidaridad es esencial en el surgimiento de esa nueva cultura.

Destacó que en Cuba tenemos muchas tradiciones a seguir, como el pensamiento de Martí quien, aunque no fue marxista, está enlazado a Marx por abogar ambos a favor de los pobres de la tierra, en la defensa de los humildes.

Como los presentes prefirieron pensar en un Marx alegre —que busca el crecimiento y la emancipación, por lo que merece memoria y celebración— el encuentro culminó con cake, brindis y cantos. Antes de finalizar, el actor Michaelis Cué comentó sobrela obra de teatro que ha presentado por 14 años y con la cual ha recorrido Cuba y Latinoamérica, titulada "Marx en el Soho", un texto que mezcla el dramatismo con el humor y logra una comunicación directa con el público para entender mejor a esa gran figura del pensamiento filosófico mundial.

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